John Negroponte abandona su cargo de director de Inteligencia Nacional de EEUU

  • Tras duras críticas por parte de demócratas y republicanos.
  • Ocupará el cargo de subsecretario de Estado.
  • El almirante retirado Mike McConnell, posible sucesor según NBC.
  • El anuncio sobre la estrategia en Irak podría retrasarse por esta cuestión.
John Negroponte y George W. Bush. (ARCHIVO)
John Negroponte y George W. Bush. (ARCHIVO)
John Negroponte y George W. Bush. (ARCHIVO)

La salida del criticado director de Inteligencia Nacional de EEUU, John Negroponte, ha dejado un vacío difícil de llenar para el Gobierno del presidente George W. Bush, inmerso en la búsqueda de una nueva estrategia para la guerra en Irak.

Negroponte, un diplomático de carrera de

67 años que fue embajador de EEUU en Irak en 2004, ocupará el cargo de subsecretario de Estado responsable ante la actual jefa de la diplomacia estadounidense, Condoleezza Rice, dijeron fuentes oficiales el miércoles.

Agregaron que no está claro cuándo dejará sus funciones debido a que no existe un segundo que podría llevar a cabo sus tareas.

Sin embargo, la cadena de televisión NBC News afirmó que su probable sucesor es el almirante retirado Mike McConnell, un ex director de la Agencia de Seguridad Nacional entre 1992 y 1996.

El cargo de subsecretario de Estado, que no tiene titular hasta ahora, fue ocupado hasta junio del año pasado por el ex director de la Oficina de Comercio Exterior de EEUU, Robert Zoellick, quien renunció para trabajar en el sector privado.

Blanco de toda crítica

Negroponte se convirtió en el primer director de Inteligencia Nacional en 2005 para tomar bajo su control todos los organismos de espionaje de Estados Unidos.

El Congreso creó el cargo acatando una recomendación formulada por una comisión independiente que investigó los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Según la comisión, uno de los problemas que derivaron en los ataques terroristas fue el antagonismo existente entre los diversos organismos de espionaje que no compartían información que pudo haber sido crucial para evitarlos.

Sin embargo, en los últimos meses tanto demócratas como republicanos lo convirtieron en blanco de sus críticas al acusarlo de fracasar en sus esfuerzos de integrar las funciones de esos organismos, incluyendo el Servicio Central de Información (CIA), la Oficina Federal de Investigación (FBI) y la Agencia de Seguridad Nacional.

Pero la oposición contra Negroponte, quien deberá ser ratificado en su próximo cargo por el Senado bajo control demócrata, data de mucho antes de que se convirtiera en director de Inteligencia Nacional después de ser embajador en Vietnam, México, Filipinas, Irak y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Sus críticos, en su mayoría demócratas, lo acusaron de hacer oídos sordos a los abusos que se cometían cuando, bajo el Gobierno del presidente Ronald Reagan, era embajador en Honduras, un país usado como plataforma para apoyar los insurgentes "Contras" que trataban de derrocar al régimen sandinista nicaragüense de Daniel Ortega (1985-90).

Su salida significa que Bush tendrá que dedicar sus esfuerzos a buscarle un sustituto, precisamente en momentos en que su atención está centrada en la búsqueda de una nueva estrategia para el conflicto en Irak.

Anuncio sobre Irak, "avanzado"

En el marco de esa búsqueda Bush se reunió el miércoles con su gabinete y fuentes citadas por medios de prensa indicaron que esa estrategia podría incluir un aumento de las tropas desplegadas en Irak.

Según esos medios, Bush proyecta enviar a Irak, de forma temporal, entre 10.000 y 30.000 efectivos adicionales para tratar de dar un empujón a las fuerzas de seguridad iraquíes en su lucha contra la violencia confesional.

Hasta el momento la Casa Blanca ha rehusado anunciar la fecha en la que se conocerá esta estrategia, pero el portavoz John Snow dijo el miércoles a los periodistas que ya está "bastante avanzada".

Sin embargo, se espera que el discurso a la nación tenga lugar la próxima semana, durante la cual se prevé que el nuevo Senado de mayoría demócrata convoque una audiencia sobre Irak con el jefe del Pentágono, Robert Gates, como principal protagonista.

Lo que quiere el presidente es anunciar un plan completo, con medidas que afectan al ámbito militar, pero también al político o económico, aseguró el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Scott Stanzel.

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