Siete senderos o itinerarios perfectamente señalizados con una longitud total de 12 kilómetros atraviesan y recorren los enclaves naturales y arqueológicos del Monte Dobra, "tesoros que guarda en su interior este macizo emblemático para la ciudad de Torrelavega".

Los senderos se han realizado en el marco del Proyecto Dobra 2020 que acomete el Ayuntamiento, en colaboración con el Gobierno de Cantabria, a través de la convocatoria de Iniciativas Singulares de Empleo del Servicio Cántabro de Empleo. En virtud del mismo programa se está llevando a cabo el proyecto Besaya 2020 de recuperación del río y la rivera.

Dobra 2020 persigue la recuperación ambiental, potenciación y optimización natural y paisajística de este macizo. Un total de 21 personas que estaban en paro ahora trabajan en este proyecto y ya han llevado a cabo la señalización de los siete senderos o rutas que han presentado este viernes en rueda de prensa el alcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón, el director del proyecto, Jesús García, y Elena Melón, técnico Municipal responsable de la ejecución del mismo.

El proyecto, que comenzó hace tres meses, cuenta con un presupuesto de 200.000 euros, y para su ejecución han sido contratados 16 operarios y cinco técnicos, calculándose que tiene una empleabilidad del 70%.

La red de rutas y senderos señalizados en la Sierra del Monte Dobra se ha plasmado en un tríptico informativo que el alcalde ha presentado como "una excelente herramienta para favorecer ese acercamiento a uno de los símbolos de nuestra ciudad y que permitirá recorrer todos los enclaves singulares de este macizo".

Los senderos están debidamente señalizados y provistos de paneles informativos en diferentes puntos de su recorrido. Con ellos se pretende que el visitante "pueda reconocer mejor los valores del Dobra, sentirlos más suyos y participar de la tarea colectiva que supone perpetuar este patrimonio natural y cultural para siempre", ha señalado García.

El director y promotor del proyecto ha señalado que en el desarrollo de estos trabajos se ha descubierto, "aunque algo ya se conocía", que la sierra alberga una de las mayores concentraciones de testimonios históricos de la región, particularmente de la Edad del Hierro (especialmente castros de los primitivos pobladores cántabros) y del período de Romanización. A ello se añaden muchos testimonios de arquitectura etnográfica repartidos por todos sus montes.

La biodiversidad es otra de sus características, con especies de fauna y flora de gran importancia, destacando su gran variedad de helechos y otras especies adaptadas a la vida en los roquedos calizos, así como también diversos invertebrados cavernícolas.

SENDEROS

Los siete senderos suman una ruta total de 12 kilómetros, y cada uno tiene desde uno hasta 2,5 kilómetros de distancia, aunque el más importante es el Sendero de la Sierra, con una distancia de 3,4 kilómetros y un tiempo medio de recorrido de una hora.

Se trata de un tipo de ruta longitudinal principal, de la que parten los diferentes senderos de acercamiento a los lugares de interés. Es un recorrido longitudinal por la dorsal norte de la Sierra, desde la Cotera de Jarrajoz y Collado de Las Alisas. Según se indica en la guía, tiene gran valor paisajístico con vistas desde las Coteras de Jarrajoz y Las Nieves, y Collados de Navardoyos y Las Alisas Biológico. En esta ruta se puede observar aves rapaces en las zonas de Navardoyos y Las Alisas.

El sendero de Jerrapil, con un itinerario lineal, tiene una distancia de un un kilómetro y un tiempo medio de recorrido de 25 minutos. A través de él se asciende hasta el pico más occidental de la Sierra, desde la Cotera de Jarrajoz al Pico de Jerrapil. En todo el recorrido se puede contemplar el paisaje rural, vistas de toda la comarca y la costa, valle del Besaya y garganta de Las Caldas, así como vistas de la Cordillera Cantábrica.

El sendero de Joyandrinu, con una distancia de 1,8 kilómetros y un tiempo medio de recorrido de 40 minutos, discurre por encima de un valle interior del macizo, desde la Cotera de Las Nieves al Collado de Joyandrinu. Como gran valor paisajístico figura el Hoyo de Joyandrinu. Su importancia biológica reside en una vegetación singular y observación de aves. También se pueden ver estructuras ganaderas y tiene acceso sur a los Castros de Pico l'oro y Las Varizas.

El conocido como sendero de las Palomas tiene una distancia de 1,5 kilómetros (red completa), un tiempo medio de recorrido de 30 minutos y consiste en un circuito por la depresión central del macizo de la Sierra, desde el Collado de Navardoyos o Parque de la Fuente de Las Palomas.

Su importancia paisajística está en la Fuente de las Palomas y la histórica en que fue asentamiento militar romano en Jarramaya. En cuanto a su valor arqueológico, tiene pinturas rupestres en la cueva del Sumidero. En esta ruta también se puede realizar Espeleología en el sistema hidrogeológico del Sumidero de Las Palomas, ha asegurado García.

El sendero del Cueto, con una distancia de un kilómetro y un tiempo medio de recorrido de 25 minutos, discurre por el cordal central -o interior- de la Sierra, desde la base de Jarramaya y el Collado de Las Alisas. Su valor geológico reside en el sistema de dolinas y lapiaces por todo el sur del recorrido y el ambiental en su hábitat singular de tipo mediterráneo y avifauna de montaña. Además, se avista el Castro de Las Lleras desde la zona alta del Cueto.

El sendero de las Fuentes tiene un itinerario circular de 2,5 kilómetros, con un tiempo medio de recorrido de 50 minutos. Recorre diferentes paisajes humanizados, desde Collado de Las Alisas o carretera de La Montaña al Monte.

Su valor etnográfico reside en los invernales y abrevaderos en las inmediaciones del collado de Las Alisas y el paisajístico en los paisajes y usos agroganaderos y forestales del territorio a lo largo del recorrido. En la guía se indica también que tiene un gran valor para los amantes de la micología ya que se pueden recolectar hongos en la vertiente norte de La Capía.

El sendero de La Capía, con una distancia de 800 metros y un tiempo medio de 20 minutos, es un camino de ascenso al Pico de La Capía, "techo" de la Sierra, desde el Collado de Las Alisas a la Cumbre de La Capía.

Su valor paisajístico reside en las vistas desde la cumbre de toda la Sierra y el histórico-arqueológico en los testimonios de la romanización en el pico de La Capía y dolmen de la peña del Ramo. Desde el punto de vista etnográfico se puede ver una cabaña tradicional pasiega y prado cercado en piedra seca del Cotero La Breña.

Calderón ha asegurado que "estos hallazgos son fundamentales" y que en un futuro quiere recuperar este entorno como Centro de la Edad de Hierro, ya que, ha dicho, es "de los más importantes de la comarca".

El alcalde ha subrayado que Torrelavega es una ciudad industrial, comercial y ganadera, "pero también tiene que ser una ciudad turística con atractivos para los visitantes, y este entorno es idóneo para que se realicen actividades en contacto con la naturaleza".