El presidente de EEUU, George W. Bush, instó al Congreso, que este día 4 de enero estará controlado por los demócratas, a que abandone la politiquería e impulse la austeridad fiscal y la concordia en las prioridades nacionales.

Por primera vez desde 1994, los demócratas controlarán ambas cámaras del Congreso tras su triunfo electoral del pasado 7 de noviembre y han dejado claro que, aunque en los primeros días sus iniciativas serán de carácter nacional, una de sus prioridades será revisar la estrategia estadounidense en Irak, el asunto que más discordia generó en la 109 legislatura.

De hecho, para la próxima semana se espera una audiencia del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado sobre Irak, en la que se convocará al nuevo secretario de Defensa, Robert Gates.

Más adelante, los demócratas han prometido también volver al tema de la reforma migratoria, otro asunto que profundizó las fisuras entre ambos partidos y que quedó estancado en el Congreso.

Sanear finanzas

El cambio de guardia en el Legislativo fue un duro revés para los republicanos (los demócratas controlarán la Cámara de Representantes por 16 escaños y el Senado por sólo uno) y ahora supone un reto para Bush, quien deberá sortear los obstáculos que arrojen los demócratas a sus prioridades legislativas.

"Es hora de dejar de lado la politiquería y centrarse en el futuro", dijo Bush desde la Rosaleda de la Casa Blanca, tras reunirse con miembros de su Gabinete.

El Congreso ha cambiado de rostro pero "no así nuestras obligaciones con el país", aseguró Bush, tras indicar que pronto enviará a los legisladores su lista de prioridades presupuestarias para este año.

El hilo conductor de ese temario, explicó Bush, estará dominado por la necesidad de fomentar la austeridad fiscal, eliminando de los proyectos presupuestarios programas de lujo o superfluos que impidan sanear las finanzas de Estados Unidos.

Bush se ha fijado como meta el equilibrio del presupuesto fiscal en un plazo de cinco años. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el déficit para el año fiscal en curso alcanzará los 286.000 millones de dólares.

El equilibrio del presupuesto no será tarea fácil, en momentos en que Estados Unidos gasta alrededor de 10.000 millones de dólares al mes en las campañas militares en Irak y Afganistán.

Esa suma supera con creces los 61.000 millones de dólares anuales que EEUU gastó en Vietnam entre 1964 y 1972, pero la Casa Blanca la considera necesaria para impulsar el proceso de reconstrucción y democratización del país árabe.

Conscientes de que se alzaron con el control del Congreso gracias al descontento popular por la guerra, los demócratas han prometido que harán un repaso exhaustivo de las condiciones en Irak, desde el proceso de licitación de contratos hasta la estrategia de salida de los cerca de 130.000 soldados allí desplazados.

Advertencia de Bush

Pero Bush, quien hasta ahora no ha tenido que negociar con la oposición política, lanzó una clara advertencia a los legisladores en un artículo de opinión publicado hoy por el diario "The Wall Street Journal".