La exposición 'El arte en la época de Altamira', que reúne en la Fundación Botín de Santander piezas prehistóricas y obras de arte moderno, evidencia que las ideas y técnicas del arte figurativo no han variado en 20.000 años, sino que "siguen siendo las mismas", de modo que no existe, por tanto, una "brecha temporal".

La muestra, en la que conviven por primera vez en España creaciones excepcionales de entre 12.000 y 22.000 años de antigüedad, como utensilios decorados y esculturas de seres humanos y animales, con pinturas de Miró o Matisse, pone en valor las piezas prehistóricas como obras maestras, y permite descubrir las capacidades del hombre en la Edad de Hielo.

Realizada por la Fundación Botín en colaboración con el British Museum de Londres, no está concebida como una exposición arqueológica, sino de arte, una capacidad fundamental y esencial del ser humano, "lo que nos convierte en personas", según ha resaltado Jill Cook, conservadora jefe del Departamento de Paleolítico y Mesolítico del Museo Británico y comisaria de la muestra, que ha presentado este miércoles en Santander junto con Paloma Botín, vocal del Patronato de la Fundación Botín.

'El arte en los tiempos de Altamira' se compone de un total de 68 piezas procedentes de nueve museos de España, Gran Bretaña, Francia y Alemania. Entre todas ellas, destacan los renos nadando, que sale por primera vez del museo británico, así como la cabeza de íbice esculpida de Tito Bustillo cedida por el Museo Arqueológico de Asturias, o la escultura que muestra a un glotón del Jarama II, del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Se pueden ver junto a otras esculturas, utensilios decorados y herramientas que se convierten en adornos, gracias a grabados, algunos a base de dibujos y representaciones "muy realistas", que reflejan "la mano de artistas modernos".

En la muestra, que se podrá visitar desde este 4 de julio al 29 de septiembre en la capital cántabra y que no viajará a otras ciudades españolas, pone de manifiesto la creatividad que tenían los hombres en la época de Altamira.

Así, las piezas prehistóricas van más allá de su uso "forense" en arqueología, donde se utilizan para estudiar los comportamientos de los seres humanos o los distintos asentamientos, sino que sirven para mostrar la faceta artística de los seres humanos de hace cerca de 20.000 años. Este punto de vista revela que tenían "el mismo cerebro que nosotros", como ha apostillado Cook.

La comisaria ha añadido al respecto que el arte y la creatividad fue "fundamental" en la prehistoria, especialmente en una época "tan dura" como la Edad del Hielo.

Y se ha referido a una pieza de arte que se realizó con las mismas técnicas con que se elaboraban herramientas como puntas de lanza. Se trata de un objeto decorativo, fino y delicado, que se hizo a partir de una piedra que se había trasladado al asentamiento del poblado desde una distancia de 150 kilómetros.

Este hecho refleja, a ojos de Cook, el "espíritu" de los seres humanos, que no hacemos cosas porque cumplan una función, sino para "celebrar las emociones".

En la sala de exposiciones de la Botín también se puede ver un video que refleja la experiencia creativa de los hombres prehistóricos.

ALTAMIRA,

El inicio de un viaje trascendental para la humanidad

Tras resaltar la importancia que tuvo el descubrimiento de la cueva y pinturas de Altamira, que cambió la historia del arte y supuso el inicio de un "viaje trascendental" para la humanidad, la comisaria de la muestra ha subrayado el hecho de que artistas modernos como Miró cambiaran su manera de trabajar después de visitar esta cavidad, hecho que hizo que el pintor "empezase a considerar los inicios del arte".

En la misma línea, ha expresado su deseo de que los visitantes, al contemplar las obras expuestas en la Botín, experimenten esa forma "nueva" y "diferente" de apreciar el arte, y que no lo vean como "algo ajeno", sino como "parte de nuestros inicios, historia y esencia".

Arte en la edad de hielo

'El arte en la época de Altamira' desarrolla temas explorados en la muestra 'Ice Age Art: arrival of the modern mind' (Arte en la edad de hielo: la llegada de la mentalidad moderna), que se presentó a principios de este año en el Museo Británico, e incorpora obras españolas y francesas que no se mostraron allí, como la escultura del glotón del Jarama II, que es "muy frágil" y no se llevó a Londres. Se centra en la época de Altamira, periodo que constituyó un "Renacimiento" en la Edad de Hielo.

También es un homenaje a la relación de la familia Botín con el descubrimiento de Altamira en 1879, cuando se puso en duda la autenticidad de las pinturas. La antigüedad de las imágenes no se ha cuestionado desde 1902, pero solo ahora están empezando a ocupar el lugar que les corresponde en la historia del arte, en vez de ser consideradas únicamente como objetos arqueológicos.