Un estudio, elaborado por el Gobierno riojano en colaboración con la Federación Riojana de Voluntariado, refleja que el perfil del voluntario riojano es el de una mujer de entre 30 y 45 años, con un nivel de estudios elevado - principalmente universitarios- y que dedica entre una hora y quince al mes para desarrollar este tipo de actividades.

Las conclusiones del estudio han sido dadas a conocer esta mañana por el consejero de Salud y Servicios Sociales, José Ignacio Nieto, y por el presidente de la Federación de Voluntariado Social de La Rioja, Emilio Carreras.

Nieto, ha resaltado, que en la región hay en la actualidad 6.576 voluntarios, lo que supone un dos por ciento de la población. "Se trata de personas dispuestas a entregar parte de su tiempo, sus conocimientos y sus capacidades a los demás de forma totalmente altruista, una labor que todos debemos reconocerles, especialmente en un momento como el actual", ha resaltado el consejero.

Discapacidad las más numerosas

Ha explicado que, para la realización del estudio, la Federación Riojana de Voluntariado ha analizado la actividad de 88 entidades inscritas en el Registro de Servicios Sociales del Gobierno de La Rioja y pertenecientes a la propia Federación, que trabajan en la atención social a diferentes colectivos. Las más numerosas son las que centran su atención en personas con discapacidad o enfermos, ya que representan el 25 por ciento del total. Le siguen las dedicas a mayores (17 por ciento), inmigración (10 por ciento) y exclusión social (9 por ciento).

Para desarrollar sus programas, estas entidades cuentan con el apoyo económico de las administraciones públicas, su principal fuente de financiación, y la colaboración de los voluntarios, que en los últimos años ha ido a más. Así, Nieto ha explicado que si bien no existen datos concretos, porque este el primer estudio que se realiza sobre el voluntariado en la región, todas las asociaciones coinciden a la hora de señalar un aumento considerable en el número voluntarios que colaboran con ellas desde el inicio de la crisis. Una cuestión que para Nieto pone de manifiesto el carácter solidario de la sociedad riojana y que es más patente en aquellas entidades que dedicadas a ayudar a los más desfavorecidos.

De hecho, uno de cada dos voluntarios riojanos colabora con Cáritas y Cruz Roja, dos de las entidades más importantes sociales más importantes. El resto de voluntarios sociales se diluye en un gran número de entidades que, por lo general, cuentan con una media de 25 voluntarios.

Por su parte, Emilio Carreras ha destacado que se trata de un colectivo formado por personas altamente motivadas y muy implicadas en el funcionamiento de las entidades con las que colaboran. "Prueba de ello", ha dicho, "es que todas las entidades califican como bueno o muy bueno el compromiso y la continuidad de los voluntarios que colaboran con ellos". Un compromiso que es especialmente fuerte en personas de mayor edad.

Carreras también ha subrayado que las entidades que forman parte del estudio están en general profesionalizadas, ya que siete de cada diez cuentan con personal remunerado para el desarrollo de sus actividades. En este sentido, ha insistido en que los voluntarios en ningún momento suplen el trabajo del profesional, sino que lo completan y enriquecen, y ha apuntado a la necesidad de establecer un marco legal que acote las responsabilidades que los voluntarios pueden asumir dentro de las organizaciones.

En cuanto a la forma que tienen de gestionar y acoger al voluntario, en muchas entidades el registro es muy básico y no lo tienen actualizado. Aunque el 82 por ciento de las entidades encuestadas sí poseen un registro de voluntarios. Un 18 por ciento no dispone de ningún tipo de documentación formal.

Del mismo modo, las propias entidades reconocen que el voluntariado social no es sólo asistencial, sino preventivo, transformador y de búsqueda de justicia social. Se huye de la tradicional imagen caritativa sino que se identifica al voluntariado con el cambio social para conseguir una sociedad más justa e igualitaria.

MOTIVACIONES

Por otra parte, del estudio se ha conocido las motivaciones que les impulsan a ser voluntarios, principalmente solidaridad y altruismo y la sensibilización sobre la causa que aborda la entidad (motivaciones heterocentradas), sin olvidar el afán por el desarrollo personal y la necesidad de hacer amigos o mitigar la soledad (motivaciones autocentradas). En este sentido, las entidades encuestadas insisten en que el voluntariado no puede practicarse como terapia y subrayan la necesidad de encontrarse en buenas condiciones psicológicas para poder ayudar a los demás.

En cuento a la formación de los voluntarios, el 91 por ciento de las entidades cree que es suficiente a priori pero siete de cada diez imparten en algún momento formación a sus voluntarios. Aún así, todas insisten en la necesidad de disponer de un Plan de gestión del voluntariado, que incluya entre otras cuestiones, la acogida, incorporación, seguimiento y reconocimiento que los técnicos de cada entidad deben dar al voluntario, así como la buena práctica de su salida de la entidad.

Futuro del voluntariado

De cara al futuro, las entidades sociales consideran fundamental promover el voluntariado a través de la difusión del trabajo y la labor social que ellas realizan pero para ello, necesitan contar con la colaboración de los medios de comunicación. Un apoyo con el que no siempre cuentan, y que Emilio Carreras ha reclamado hoy.

Por su parte, ellas se comprometen a subirse al carro de las nuevas tecnologías y aprovecharse de la plataforma de difusión que suponen en la actualidad las redes sociales, sobre todo para llegar al colectivo formado por los miembros más jóvenes de nuestra sociedad.