El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha admitido que los acuerdos laborales que supuestamente han permitido relocalizar en España la fabricación de algunos de modelos de coches son mérito de los sindicatos y las empresas del automóvil, pero ha defendido que habrían sido "metafísicamente imposibles" sin el nuevo marco de flexibilidad de la reforma laboral.

Así lo ha asegurado en respuesta a una interpelación del diputado de Grupo Socialista Ximo Puig, quien ha defendido que estos acuerdos "nada tienen que ver la reforma laboral, sino con el pacto social".

Soria, que ha invitado a Puig a preguntar a los responsables de las empresas del sector cuál ha sido la razón de esas relocalizaciones, le ha dado adelantado la respuesta y ha insistido en que gracias a la reforma laboral las partes pueden discutir y llegar acuerdos que facilitan las decisiones de producción de estas empresas.

Por otro lado, Puig también ha asegurado que el Gobierno está llevando a cabo una política continuista en relación con la industria de automóvil, a lo que Soria ha respondido en tono irónico: "No sabía que el Gobierno anterior había aplicado incentivos al vehículo eficiente (Plan PIVE)".

"Que yo recuerde, la estrella de la política de eficiencia energética del anterior Gobierno socialista no tuvo que ver con los vehículos, sino con regalar una bombilla a cada ciudadano", ha añadido el titular de Industria.

El ministro de Industria ha sostenido que el Plan PIVE está teniendo "resultados positivos", con 75.000 coches vendidos bajo el paraguas del programa entre octubre y diciembre del pasado año, en el primer tramo del programa, y la previsión de vender 150.000 más en su segunda edición.