El investigador Marco Zagal apuesta por "recuperar el sentido común" en la Educación así como la "alegría de aprender"

"Cuando el hombre aprende se fascina; pero esa alegría de aprender la hemos sacado del aula por volverla tan técnica"

El investigador Marco Zagal, director del Proyecto Montessori Figueres, ha apostado por "recuperar el sentido común" en el desarrollo de la Educación y apoyar la docencia en que los escolares "disfruten aprendiendo"; recuperar la "alegría de aprender".

Zagal ha viajado por cuarta vez a Logroño para acercar el modelo pedagógico Montessori a la comunidad educativa. En esta ocasión, ha sido en una charla en el centro, Comunidad de Aprendizaje, Caballero de la Rosa. Montessori, para Zagal, ha prendido una "chispa" en Logroño.

El enfoque Montessori tiene, como elemento fundamental, "la observación del alumno para adecuar los aprendizajes a la realidad del niño, y no al contrario". Se trata de desarrollar una pedagogía basada "en la actividad de un niño en el aula, y no en lo que dicen unos pensadores".

Partiendo de esta base, el adulto (profesor), que actúa como guía, crea un clima respetuoso para lograr unos resultados académicos más eficientes. Se trata de un "respeto absoluto por el ser humano" y "recuperar el sentido común en el aula en varios aspectos".

Así, por ejemplo, se le cambia la mirada al hecho de que el niño cometa un error. En Montessori, el adulto crea espacios "donde el niño se equivoque con total tranquilidad, se saca el miedo al error".

Se trata de "trabajar el error, que sepan que no es malo, que nadie les va a castigar porque se equivoquen sino, al contrario, que cuantas más veces se equivoquen más cerca van a estar de conseguirlo".

Aprender mucho y divertirse

Otro aspecto de recuperar ese "sentido común" es recordar que "cuando el hombre aprende se fascina; pero esa alegría de aprender la hemos sacado del aula por volverla tan técnica".

Así, Zagal relata cómo una de las cosas que más le ha "llamado la atención" en la investigación que están realizando sobre la neurociencia y Montessori en la Universidad de Barcelona es que hay un "hábito en la cultura educativa" relativo a que "no queda otra opción que aburrirse" en la escuela. "Cuesta mucho creer que se puede aprender mucho y pasárselo bien".

"Disfrutar aprendiendo y tener libertad para aprender es una combinación que es muy real; de hecho, si uno revisa cómo el hombre se ha conectado con el conocimiento, han sido los momentos en los que más ha disfrutado el ser humano cuando más ha aprendido".

También, que los niños "aprendan a tomar decisiones", porque "que aprendan a ser autónomos tiene que ver con que aprendan a tomar decisiones muy simples desde pequeños, como si pueden ir al baño o no, si pueden comer o no, si pueden hablar con un compañero o no".

Son cosas que "tienen que ver con el sentido común, pero que en el aula actual están reprimidas. Hay un control excesivo por resguardar un bien académico; y hoy sabemos que, cuanta más disciplina se pone en el aula, los resultados no dicen que aprendan más".

Con respecto a cómo funciona el sistema educativo actual, que se apoya en el conductivismo (modelar conductas a través de estímulos premio-castigo), Zagal ha explicado que "si centramos todo el proceso académico en estímulo-respuesta y en pasar una materia, examinar y dar el premio a la mejor nota sacamos el sentido de aprender por el disfrute".

De este modo, conectamos a los alumnos "con un sentido de aprender por la recompensa, por tanto, lo externalizamos, cuando el disfrute es algo interno, que se conecta con uno mismo. Si todo lo centramos en la nota generamos un condicionamiento que crea chicos competitivos que aprenden por refuerzos externos".

La charla llevaba el título 'Qué estamos haciendo para que la escuela de mañana sea real hoy'. Y es que, para Zagal, estamos en un momento en el que se hace necesario parar y preguntarnos "qué estamos haciendo y qué necesita realmente el ser humano para aprender".

Para Zagal, "básicamente, lo que necesita el ser humano para aprender es un espacio donde se sienta seguro, sin miedo, que tenga márgenes de libertad y donde se sienta bien". En definitiva, "conectarnos con las cosas que nos permiten sentir el placer por aprender; y eso lo hemos sacado de la escuela", ha aseverado.

En Montessori, los niños, ha relatado, "cuando juegan aprenden matemáticas, ciencias, lengua; y están aprendiendo a ser tolerantes, pacientes, a resolver conflictos". "El material, cuando está dentro de un clima de aula bien preparado, es tan potente, crea tantas posibilidades de desarrollo en el niño tanto curricular como social y emocional" que, para Zagal, merece ser estudiado.

"Hay tantos elementos del sentido del bienestar que te conectan con el conocimiento que, más que estar buscando teorías y técnicas para que aprendan los niños o para resolver conflictos, lo que tenemos que recuperar es el sentido común: hacer sentir bien a los niños y que nosotros como adultos también nos sintamos bien", ha resumido.

Por último, ha insistido en que "hay una serie de elementos que forman parte esencial del trabajo de aula que no requieren ninguna inversión, pero sí mucha voluntad. Hay un espacio de cambio profundo en los sistemas educativos que tiene que ver con crear espacios respetuosos de aula".

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