La Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural ha abonado esta semana 2,1 millones de euros a ganaderos de Cantabria en concepto de ayudas correspondientes a 2012 derivadas del conocido como 'Decreto Ferrari', normativa que regula las ayudas para el fomento de sistemas de producción de razas ganaderas autóctonas en explotaciones.

Puede ser beneficiaria de estas ayudas cualquier persona física o jurídica, incluyendo sociedades cooperativas o sociedades agrarias de transformación, que sean titulares de una explotación ganadera ubicada y registrada en Cantabria, y que cuente con animales reproductores pertenecientes a razas autóctonas.

Han de cumplirse, además, como requisitos, que se promueva la conservación y mejora del medio ambiente y el entorno rural; se provea la conservación y mejora de la raza ganadera autóctona explotada; se realice en adecuadas condiciones de higiene y bienestar animal, y se garantice una sanidad animal adecuada y una alimentación del ganado fundamentada en recursos naturales.

A través del fomento de estos sistemas de producción con razas autóctonas compatibles con los recursos naturales disponibles, y del uso racional de los mismos, se pretende obtener productos de calidad y conseguir una mejora de la cabaña ganadera.

El Gobierno regional destaca en un comunicado de prensa que este objetivo sintoniza con los de la Política Agraria Comunitaria (PAC) que persiguen la creación de un marco sostenible para el desarrollo de zonas rurales y la garantía de conservación del entorno medioambiental, creando y fomentando fuentes alternativas de recursos; entre ellos, los recursos genéticos animales, que incluyen las razas autóctonas que se explotan en Cantabria.

Para la Consejería de Ganadería, el sistema de cría en pureza de razas autóctonas es una actuación "prioritaria", porque "constituye un patrimonio genético que hay que preservar y promocionar por tratarse de animales muy aclimatados y tener una óptima capacidad para el mejor aprovechamiento de los recursos naturales". En algunos casos su cría implica una pérdida de rentas por sus bajos rendimientos, siendo por ello compensada.