Habla con una mesura filosófica de "verdades" de barrio y "mujeres libres y conocedoras", las protagonistas de su nuevo álbum, Bruja. Y acaricia hacia un lado la larga melena porque a La Mala —en realidad, María Rodríguez Garrido —le gusta seducir. Y, también, dar un poco de miedo. Y jugar con su interlocutor. E intimidar con una sabiduría que sabe a erudición, a dulzura y a guetto. El respeto hace tiempo que se lo ganó.

¿De dónde salen las historias desgarradas que canta? ¿Se las cuentan o las ha vivido? 

Imagino que están dentro de mí. He vivido cerca de esas realidades...

¿En la crudeza y en la fealdad también hay  belleza?

Por supuesto. La belleza está en los ojos de quien mira.

¿Qué tiene de bueno la vida que no está en sus canciones?

Soy muy positiva en cuanto a mi manera de vivir. Todo lo que hago me lleva al sitio adecuado. Si estoy con la actitud correcta siempre aprendo y llego donde tengo que ir.

Da la impresión de que siempre sabe qué hacer.

Yo creo que me quiero mucho. Y me escucho. Hay veces que veo tan claro todo... haces las cosas y sabes que no hay más opción que esa. Y lo sé por intuición, porque tengo un gran respeto por mí.

¿Nunca duda?

Cuando he dudado, eso me ha hecho desarrollar una actitud crítica. Las dudas no me paralizan sino al revés, me hacen buscar y avanzar.

Sus canciones están llenas de mensajes y recados, ¿es lo que calla en otros contextos?

Creo que uso el rap para expresarme. En la vida diaria no me gusta hablar mucho. Prefiero hacer otras cosas. Me gusta escuchar, aprendo mucho cuando escucho.

¿También es tranquila? Al verla en el videoclip de '33' (al final de esta entrevista) con el bate de béisbol da miedo.

Normal, a mí también me doy miedo a veces. Tengo unos demonios a los que les gusta la carne y de cuando en cuando hay que alimentarlos.

María, ¿la monarquía tiene fecha de caducidad, como indica en este disco?

Sí, creo que todo tiene su final. En este mundo en el que yo me veo, que yo imagino, desde luego un sistema así no tiene ninguna razón de ser.

Y si las palabras y las manifestaciones que también menciona no funcionan, ¿qué cree que es lo siguiente?

Hasta que no se ponga todo el mundo de acuerdo, no se va a conseguir nada. Esa es mi humilde opinión. Una huelga no sirve de mucho si hoy solo lo hace este sector y mañana, el otro... Entonces se reduce a un derecho a que te enfades un poco, luego te quitan ese día del sueldo y ya está. Me parece más lógico que todos nos sintiéramos responsables con lo que ocurre a la comunidad e hiciéramos una huelga general indefinida. Además, para evitar situaciones como la que hay, habría que estudiar mucho. Que la gente vaya a la escuela.

¿Usted estudió?

Sí, he estudiado y sigo estudiando. Me encanta estudiar. Me gusta leer, me gusta comparar, informarme... Me interesa todo. Me interesan las personas, la arquitectura, la ciencia, la belleza... Me gusta mucho la cocina, el arte, las historias. Me gusta navegar por Internet y fascinarme con lo que la gente crea.

¿Internet ya ha sustituido a la televisión en su hogar, como ha ocurrido en otros?

No veo televisión. Eso de que seas un ser pasivo, sentado frente a la pantalla y que recibas información elegida por otros lo veo demasiado intrusivo y un poco nazi, me parece mucho más guay el sistema de Internet en el que tú tomas parte del proceso, buscando lo que tú quieres ver, escuchar o cómo ser informado. Esa es la manera en la que yo entiendo la relación con los medios.

Dice en la canción 'Caja de madera' que tenemos exáctamente lo que nos hemos buscado. ¿Hay que aplicarlo a la situación actual?

Me gusta que haya un punto ambiguo en todas mis letras porque de esa manera se convierte en una composición que está abierta a distintas interpretaciones. El arte debe ser así, no me gusta cuando algo es fijo e inmutable. En este caso, es una manera de dar un tortazo en forma de conciencia y recordar que lo que estás haciendo ahora va a tener una repercusión mañana.

Una vez explicó que cada uno de sus discos era un estado de ánimo. ¿Cuál es el de 'Bruja'?

Bruja es para mí una mujer libre, conocedora, con sabiduría. Estas canciones me reflejan mucho, estoy hablando de lo que a mí me importa, de lo que me interesa, de mi verdad.

Por casi primera vez ahonda en reggae y ritmos jamaicanos... ¿ganas de explorar?

Escogí el reggae en dos canciones porque en este disco hay muchas verdades, pero también mucho juego, mucho diversión y ganas de baile. Esos ritmos hacen que te apetezca mover el cuerpo, son muy sensuales. Sin embargo, no creo que se trate de un gran atrevimiento musical, he exprimentado más otras veces. La música en general de Bruja es muy esencial, muy básica, muy clásica en cuanto a los ritmos, el protagonismo puro es del flow, el rap que conozco de mis comienzos.

Confiese, ¿con el tiempo 'La Mala' se volverá buena?

Siempre he sido una mala muy buena. Soy buenísima... siendo mala. Si vas al ginécologo muestras parte de ti que no muestras en otros momentos. Y en otros lugares descubres otra cara. Yo hago igual: en el escenario aprovecho y enseño unas cosas, y en mi música, otras. Así de ricos somos los humanos: llenos de facetas.

La Mala Rodríguez nació hace 33 años en Jerez de la Frontera (Cádiz) pero se crió en Sevilla. Comenzó a rapear siendo una adolescente. Su primer larga duración, Lujo ibérico, y su particular forma de fusionar hip hop y flamenco lograron el reconocimiento de público y crítica en 2000. Desde entonces, ha publicado otros cuatro álbumes de estudio (el último, Bruja, sale este martes, 18 de junio) y ha ganado un Grammy latino.

Mira a continuación el vídeo '33' de Mala Rodríguez