El colegio La Aduana busca alguien que use el antiguo seminario

El centro tiene 21.000 metros cuadrados, de los que sólo el 25% están siendo usados. El resto del espacio se encuentra abandonado.
Se trata de un antiguo seminario de sacerdotes situado en la sierra de Córdoba y edificado en la década de los 50. Es el Noviciado de San Francisco de Borja, que actualmente ocupa el colegio público La Aduana. Este conjunto arquitectónico de casi 21.000 metros cuadrados sólo alberga el centro escolar, que no llega a ocupar ni el 25% de la superficie total.Para que el resto de las instalaciones tengan un uso y no sigan en estado de permanente abandono y deterioro, padres, alumnos y profesores del colegio han creado una plataforma ciudadana que pretende reunirse con las administraciones públicas para «ofrecer» este espacio.

«El edificio tiene multitud de habitaciones e infraestructuras y creemos que podría ser aprovechado para campamentos de verano o como albergue para estudiantes del tipo que sean», señala Antonio Casas, portavoz de la plataforma.

Para dar a conocer esta iniciativa y recabar a apoyos de otras asociaciones durante esta semana van a mandar 1.800 cartas divulgando los objetivos de la plataforma.

«Las instalaciones que están en desuso no se cuidan,  se están deteriorando con el paso de los años y es una pena», añade Casas. El centro, de titularidad pública, cuenta con pistas deportivas, piscina, campo de fútbol, gimnasio, salón de actos, comedor y con una enorme capilla. La privilegiada situación hace que sea uno de los pocos colegios de Córdoba con un huerto escolar.

Una situación privilegiada

El que antes fuera el seminario de la Compañía de Jesús de Córdoba se encuentra en lo que cualquiera llamaría un marco incomparable. Está en la sierra de Córdoba a 375 m sobre el nivel del mar en una zona con pinos, eucaliptos y arbustos aromáticos. El conjunto, ubicado en el km 7 de la carretera de Villaviciosa, ofrece una vistas exclusivas de la ciudad y se encuentra a sólo 5 minutos del centro urbano. El arquitecto fue Carlos Sáenz de Santa María, uno de los representantes del neobarroco andaluz. Una parte pequeña del edificio se usa como archivo de la Universidad y de la Delegación de la Educación.

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