El detenido por agredir al escolta del líder del PP de Barcelona y concejal Alberto Fernández Díaz, policía al que amenazó de muerte, también lo hizo con los agentes que le cachearon y le condujeron al calabozo, han informado fuentes cercanas al caso.

Del detenido, R.W.U., de unos 40 años, solo le constan dos antecedentes: una falta de hurto y una tenencia de arma prohibida, pero ninguna actividad relacionada con fanatismo religioso.

Lleva unos 10 años viviendo en la ciudad, en el barrio Gòtic, y la única actividad profesional que se le atribuye está relacionada con un pequeño negocio regentado por su hermano en la calle Dagueria.En esta pequeña tienda de 'souvenirs' cerca de la plaza Sant Jaume es donde ocurrieron parte de los hechos, ya que la agresión al escolta fue dentro del local y la detención del atacante también.

Este lunes sobre las 20 horas, R.W.U. increpó al escolta de la Guardia Urbana en plena calle en la confluencia de Llibreteria con Dagueria, cuando el agente estaba parado cerca del concejal, que se había detenido mientras hablaba con una tercera persona antes de dirigirse a un acto en el que participaba el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. En varias ocasiones le increpó y amenazó con matarle, por lo que el agente se dirigió adonde estaba, cerca de la tienda, y el agresor acabó asestándole un golpe con una vara de hierro que recuperó dentro del negocio, aunque el escolta pudo poner el brazo de por medio y finalmente solo fue herido levemente en la cabeza, siempre según la citada fuente.

La trifulca continuó dentro del comercio, y, mientras un agente que había acudido de refuerzo fue a pedir ayuda a una patrulla de la zona, el propio agredidolo retuvo hasta que finalmente le pudieron arrestar y conducir a dependencias de la Guardia Urbana. Según han explicado fuentes conocedoras de la declaración del escolta, durante la agresión el detenido pronunció varias frases en árabe, y dentro de esas frases entendió en dos ocasiones la palabra 'Alá', aunque no pudo saber si exactamente lo que dijo fue 'Por Alá', tal y como recogía un primer atestado policial.

El detenido, una vez en los calabozos, amenazó de muerte a los agentes y, tras ser cacheado, se puso a rezar dentro de la celda, ya que, según fuentes del caso, es muy religioso. El caso ha pasado a manos de la Unidad de Información de los Mossos d'Esquadra, que ahora deberá investigar los posibles vínculos del detenido con el integrismo islamista, tomarle declaración y pasarle a disposición judicial.