Muestran irrebatibles evidencias de canibalismo en la primera colonia británica en los EE UU

  • El cráneo de una chica inglesa de 14 años encontrado en la antigua colonia de Jamestown presenta signos de que fue troceada para servir de alimento.
  • Los colonos no recibían provisiones de Europa y padecieron una hambruna.
  • Los resultados de las excavaciones arqueológicas y la reconstrucción de la cara de la adolescente son mostrados en una expopsición en Washington.
Reconstrucción facial de la muchacha inglesa de 14 años canibalizada en Jamestown
Reconstrucción facial de la muchacha inglesa de 14 años canibalizada en Jamestown
Artist: StudioEIS; Photo: Don Hurlbert, Smithsonian
Reconstrucción facial de la muchacha inglesa de 14 años canibalizada en Jamestown

Era el primer asentamiento británico en el territorio que hoy conocemos como los EE UU. Lo fundaron en 1607 en una peninsula del territorio de Virginia y construyeron el fuerte que bautizaron como Jamestown. Los primeros barcos trajeron a unos cien colonos, empujados por las promesas de riqueza y bienestar que difundía la empresa London Company, montada con el padrinazgo de la corona británica para explotar el nuevo mundo y competir con el empuje colonialista de España, Holanda y Francia. Tres años más tarde sólo quedaban 60 de los pobladores iniciales. Los testimonios escritos de la época dicen que estaban tan flacos como esqueletos.

Rodeados de unos 14.000 nativos belicosos, algonquinos de la tribu powhatan, y abandonados por los promotores británicos del asentamiento, que no enviaban provisiones suficientes —al contrario, trasladaron al lugar a 400 colonos más—, ni atendían a las llamadas de socorro que remitían por correo marítimo, los habitantes de Jamestown padecieron, sobre todo entre 1609 y 1610, una hambruna límite.

Expediciones desesperadas en busca de raíces

Los vecinos de Jamestown no tenían nada que comer; en una decisión estratégica que resultó mortal, para evitar el acoso de las otras armadas colonizadoras, sobre todo de la española, se habían ubicado en terreno pantanoso, donde resultó imposible que prendiese ningún cultivo agrícola, y la presión de los indios les impedía salir de la fortificación en la que vivían. Las numerosas expediciones desesperadas que organizaron a los bosques para recolectar raíces o bayas terminaban siempre de la misma manera: en una matanza de ingleses a manos de los algonquinos.

Hace unos meses los arqueólogos descubrieron que los primeros ingleses que poblaron América del Norte practicaron el canibalismo. Las irrefutables pruebas se exponen en la exposición Writing In Bone (Escrito en los huesos), una muestra dedicada a la ciencia forense y a su aplicación en la datación y análisis de los hallazgos arqueológicos en la zona. Se exhibe, hasta el 6 de enero de 2014, en el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian de Washington (EE UU).

La muestra ha sido aprovechada para presentar el primer informe completo de las excavaciones llevadas a cabo en Jamestown, desde 1994, por el grupo sin ánimo de lucro Preservation Virginia, cuyos hallazgos fueron analizados con las tecnolgías más avanzadas por un equipo del museo. Las conclusiones que han encontrado no dejan lugar a dudas: los hambrientos colonos empezaron por alimentarse de caballos, perros y gatos; luego intentaron masticar las pieles con las que vestían y, finalmente, comieron carne humana para poder sobrevivir.

Inglaterra intentó acallar a los supervivientes

Aunque presentían lo que iban a encontrar y existían hipótesis históricas al respecto —pese a que los ingleses intentaron acallar los testimonios de los escasos supervivientes (los disgregaron, separándolos unos de otros para evitar que afectaran la inscrpción de nuevos emigrantes voluntarios)—, el hallazgo definitivo de los arqueólogos fue encontrado en el verano de 2012. En un sótano, junto con huesos de perros y caballos, encontraron el cráneo y el resto del esqueleto de una muchacha.

La desmembración de los miembros y las marcas de pequeños cortes consecutivos y paralelos en algunos huesos son, según los científicos, signos que no admiten discusión sobre la torpe desmembración y posterior canibalización del cuerpo de la chica, cuyo cráneo presentaba un corte infringido con la intención de vaciarlo de masa encefálica.

El resultado de la investigación, publicado por la revista del Smithsonian, concluye que la muchacha tenía 14 años, procedía del sur de Inglaterra y no era una sirvienta o criada, sino la hija de un colono de buena posición —las pruebas de contraste con isótopos demostraron que su alimentación era rica en proteinas, nutrientes sólo al alcance de las familias acomodadas—.

Reconstrucción facial en tres dimensiones

En la exposición pueden verse ahora las fotos de los restos de la adolescente, cuya causa de muerte no ha podido ser comprobaba, aunque se sabe que fue enterrada y desenterrada luego para que el cadáver pudiera ser troceado como alimento. Los científicos también han elaborado una reconstrucción facial en tres dimensiones de la chica.

Uno de los colonos ingleses de Jamestown fue John Smith, que llegaría a ser el principal mandatario de la colonia de Virginia, y que tuvo una relación, discutida por casi todos los historiadores, con la princesa algonquina Pocahontas, transformada en materia pop con varias películas.

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