La veintena de casuals, aficionados radicales del FC Barcelona, que están siendo juzgados en la Audiencia de Barcelona desde abril han protagonizado la mañana de este lunes una refriega a golpes con los Mossos d'Esquadra. Protestaban por el refuerzo de las medidas de seguridad ordenado por la juez.

El enfrentamiento físico, con empujones y puñetazos, se ha iniciado cuando la presidenta de la sala quinta de la Audiencia, Elena Guindulain, ha explicado que se reforzarían las medidas de seguridad del juicio a petición de la Policía catalana.

Uno de los acusados ha protestado ostensiblemente por la decisión y la juez ha ordenado su expulsión de la sala, lo que ha originado una tangana entre la veintena de acusados y los Mossos d'Esquadra, que finalmente, tras pedir refuerzos, han reducido a todos los acusados y los han sacado por la fuerza de la sala, ante las protestas, también airadas, de los familiares de los acusados.

En la sesión del juicio de este lunes está previsto que se presenten los informes finales de la defensa y del fiscal. La vista oral, que comenzó a principios de abril, juzga a una veintena de casuals acusados de extorsionar a propietarios de locales de ocio nocturno y de agresiones por encargo, entre otros delitos.

A la luz de estos altercados, la Fiscalía ha pedido la expulsión de la treintena de casuals.  La fiscal ha anunciado que denunciará a los participantes en la trifulca por un delito de alteración del orden público, al considerar que "han creado un grave problema de seguridad".

Las defensas, con la excepción de uno de los letrados, se han opuesto en bloque a la expulsión de los procesados y uno de ellos, Luis Gómez, ha avisado incluso de que esa decisión podría comportar una futura nulidad del juicio por indefensión.

La Audiencia de Barcelona ha permitido a la treintena de "casuals" permanecer en el juicio, suspendido esta mañana de lunes por su refriega con los Mossos d'Esquadra, tras hacerles prometer buen comportamiento, aunque ha informado de los hechos al juzgado para que los investigue por alteración del orden público.

La sección quinta de la Audiencia de Barcelona, que juzga a una treintena de "casuals", aficionados radicales del Barça, acusados de varios delitos de extorsión, tráfico de drogas e intento de asesinato, había suspendido este mediodía la vista para resolver sobre la petición de la Fiscalía de que se expulsara a los procesados del juicio tras la insólita trifulca de esta mañana de lunes.

La presidenta de la sala ha permitido a los "casuals" seguir lo que queda del juicio, que se encuentra en su recta final, después de preguntarles, uno por uno, si se comprometían a tener un buen comportamiento, a no hacer comentarios ni exclamaciones durante el juicio y a cumplir las órdenes del tribunal.

De uno en uno -y alguno de ellos con una sonrisa en los labios-, los casi 30 acusados han desfilado ante el tribunal y han dado su palabra de buen comportamiento, tras lo que la presidenta de la sala les ha advertido de que es su segunda y última oportunidad y que al mínimo incidente serán expulsados del juicio hasta el turno de la última palabra.

Posteriormente, el tribunal ha comunicado a las partes que ha deducido testimonio de lo sucedido esta mañana de lunes y que lo ha remitido al juzgado de guardia para que abra la investigación pertinente por los hechos, que la Fiscalía ha dicho también que denunciaría por considerar que constituyen un delito contra el orden público.

Posteriormente, el juicio ha continuado con normalidad con la presentación de conclusiones definitivas de la fiscal, Anna Gil, que esta tarde, excepcionalmente, estaba arropada por otro representante del ministerio público y por la propia fiscal jefa de Barcelona, Anna Magaldi.

La fiscal ha rebajado levemente la pena al principal acusado, Ricardo M., al retirarle algunos delitos de amenazas que se le imputaban.