El juez absuelve al jefe de Policía de Mislata de la acusación de maltrato a un subordinado

El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Mislata (Valencia) ha absuelto al Intendente General de la Central de Policía Local de esta localidad, Gilberto Minguez, de la acusación de maltrato a un subordinado, al estimar que las declaraciones que realizaron los testigos durante el juicio "apoyan la versión del acusado" y le dotan "de mayores garantías de credibilidad y verosimilitud", según consta en la sentencia, con fecha 20 de mayo, a la que ha tenido acceso Europa Press.

El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Mislata (Valencia) ha absuelto al Intendente General de la Central de Policía Local de esta localidad, Gilberto Minguez, de la acusación de maltrato a un subordinado, al estimar que las declaraciones que realizaron los testigos durante el juicio "apoyan la versión del acusado" y le dotan "de mayores garantías de credibilidad y verosimilitud", según consta en la sentencia, con fecha 20 de mayo, a la que ha tenido acceso Europa Press.

El caso se remonta al 28 de marzo de 2013, cuando un agente de Policía, el intendente de Policía Jorge García, presentó una denuncia contra su superior, Minguez, por presunta falta de maltrato, ya que alegaba que unos días antes, el 25, cuando acudió a su puesto de trabajo, su superior le llamó para que acudiera a su despacho, donde se encontraban otros dos compañeros.

Una vez entró, indicó que le cerraron la puerta y su jefe, quien ha sido suspendido de su cargo tras denunciarse los hechos, se puso "de forma violenta". En su denuncia, señaló que éste le dijo "a mi no me humillas" y luego le cogió de las solapas de la chaqueta, le zarandeó y le tiró las gafas al suelo. Seguidamente, pudo salir y relata que se fue a ver al alcalde, Carlos Fernández Bielsa, para contarle lo ocurrido. Y de ahí se fue a un centro de salud por su estado de "ansiedad".

El juzgado admitió la denuncia y abrió un juicio de faltas por una supuesta falta de amenazas el pasado día 13 de mayo. Durante el mismo, el ministerio fiscal pidió la absolución para el acusado, mientras que el abogado del denunciante reclamó el pago de una multa de 600 euros por una falta de maltrato.

Tras escuchar a todas las partes, el juez ha emitido su sentencia, absolutoria para el Intendente General, representado por el abogado Mario Gil. En la misma, no estima ningún maltrato ni amenaza, y estima probado que el día de los hechos, el 25, Gilberto Minguez llamó a su despacho al denunciante, pero solo para amonestarle por el comportamiento que tuvo días anteriores con un oficial durante una 'mascletà' nocturna.

Al respecto, el magistrado destaca que aunque en este caso existen versiones contradictorias "por ambas partes", agrega que las declaraciones ofrecidas por testigos presenciales "apoyan la versión del denunciado y la dotan de mayores garantías de credibilidad y verosimilitud".

Así, recoge que los dos testigos presenciales declararon que el denunciado llamó a Jorge García a su despacho para recriminarle su actitud, "pero en ningún momento le cogió de las solapas y le zarandeó, que no le tiró las gafas ni la jarra de agua", según declararon en su momento.

También manifestaron que no se cerró la puerta con llave y que la misma permaneció cerrada para dar intimidad al acto. Por otro lado, otra testigo declaró que estaba en el piso de abajo y que no oyó nada, y que García le pidió que le llevara al Ayuntamiento para hablar con el alcalde porque estaba "muy alterado". Sin embargo, no le solicitó que le acompañara al centro de salud, que se encontraba en la puerta de al lado, según se indica en la sentencia.

Llama "poderosamente" la atención

De esta forma, el juez estima, que en virtud del principio in dubio pro reo y tras una valoración conjunta de las pruebas practicadas, "no pueden considerarse probados los hechos denunciados". A mayor "abundamiento", añade que llama "poderosamente la atención" el hecho de que el denunciante, a pesar de declarar que estaba muy alterado y que por ese motivo tuvo una crisis de ansiedad por la que tuvo que ser asistido en el hospital, "no acudiera directamente al centro de salud que estaba situado en la puerta de al lado para ser asistido por personal médico, y que por el contrario se fuera a hablar con el alcalde". Esta circunstancia, según el juez, "resta fiabilidad a su testimonio".

Según consta en la documentación, el alcalde ya tomó declaración a los dos testigos del incidente el mismo día de los hechos, aunque "no levantó ningún acta", según ha apuntado Mario Gil. En estos interrogatorios, los testigos negaron cualquier agresión y aseguraron que lo que había habido era una conversación "en un tono elevado".

Tras los incidentes, el alcalde de Mislata suspendió el pasado 3 de abril a Minguez de empleo y sueldo, y ordenó la apertura de un expediente contra él. Asimismo, el 20 de mayo, el Ayuntamiento le trasladó un expediente para efectuar la amortización de su puesto de Intendente General y su adscripción al puesto de Intendente Principal. En la actualidad, pese a la sentencia, todavía no se ha readmitido en su puesto a Minguez.

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