El corazón del bombero no alberga miedo a las llamas, es valiente y solidario. Por lo menos, el de Francisco J. Fernández Muñoz, miembro del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Córdoba, responde a esta definición. En el tifón que ha asolado Filipinas, su voz ha sido la que ha coordinado los trabajos de salvamento y rescate del grupo de bomberos españoles desplazados el 2 de diciembre en misión humanitaria.«Nos encargamos de seleccionar los perros y a los bomberos que debían ir», matiza. Éstos han sido Antonio Bandera, de Huelva, y Jesús Rodríguez, del Consorcio de Bomberos de Cádiz, así como otros tres de Madrid y Zaragoza. «Otras veces nos toca a nosotros desplazarnos», como han hecho con las catástrofes de El Salvador o Guatemala.