El jardinero dice que el descuartizador de Sant Pere Pescador intentó incriminarle

La madre de la víctima dice que la relación con el acusado provocó la pérdida de contacto
El descuartizador de Sant Pere Pescador (Archivo)
El descuartizador de Sant Pere Pescador (Archivo)
Europa Press
El descuartizador de Sant Pere Pescador (Archivo)

El jardinero que trabajaba para el acusado de matar y descuartizar a su expareja en Sant Pere Pescador (Girona) en septiembre de 2010 ha explicado este miércoles en su declaración ante el jurado popular que el procesado intentó incriminarle, para que le culparan a él del asesinato.

El hombre ha relatado que el procesado, Daniel Pierre I., fue a buscarlo a un bar del municipio, le pidió que fuera hasta la casa y que, una vez allí, le obligó a forzar la puerta diciendo que no tenía las llaves, también le hizo responder una llamada y finalmente le hizo tocar las bolsas donde había guardado las partes del cuerpo de la chica.

"Sacó una bolsa y me pidió que la tocara. Pensé que era un jamón, pero vi que se trataba de una pierna y me dio miedo. El corazón me salía por la boca", ha relatado el jardinero.

Según su versión, antes de mostrarle las bolsas, el acusado lo amenazó, aunque inicialmente se lo tomó a broma: "Te voy a enseñar un secreto, si lo guardas ganarás dinero. Si no, a los que traicionan, la mafia rusa les corta la cabeza".

Ante esta situación, el jardinero ha reconocido que se ofreció al acusado para ayudarle a tirar las bolsas con el cuerpo de la víctima al río, pero que lo hizo para conseguir que Daniel Pierre I. le abriera la puerta.

"Yo me ofrecí por miedo, para que me abriera la puerta, pero me dijo que no y entonces pensé que quería inculparme porque yo lo había tocado todo", ha añadido.

Después de esto, el hombre salió corriendo de la casa y huyó por el río, por miedo a que el acusado le persiguiera, y posteriormente se encontró con otra persona, le pidió ayuda y le acompañó hasta la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Roses, donde relató lo que había visto.

Este miércoles también han pasado por el juicio diferentes testigos, como el propietario del restaurante donde cenaron la noche de los hechos, las camareras u otro jardinero que trabajaba para el procesado, y todos han contado que eran una pareja normal, que nunca habían visto nada raro y que aquella noche no se les veía borrachos.

El único que ha cambiado un poco la versión ha sido el propietario del restaurante y amigo del acusado ya que ha contado que había muchas discusiones entre ellos y que la chica "era una mujer dura, con genio y carácter".

Este testigo ha añadido que fue la actual pareja del procesado quien le llamó el domingo por la mañana diciéndole que había pasado algo: "Me llamó y me dijo que Daniel le había dicho que había matado a una perra. Ella estaba muy preocupada y me pidió que le buscara un buen abogado porque creía que había pasado algo gordo".

Perdió el contacto con los padres

La última en declarar en la sesión de este miércoles ha sido la madre de la víctima, y ha contado que solamente había visto al acusado en tres ocasiones ya que desde que su hija empezó la relación con él habían perdido el contacto.

"Estábamos muy preocupados y tristes porque antes teníamos mucha relación. Mi hija estaba como si tuviera miedo, no era la misma, aunque nunca habló mal del acusado", ha explicado.

La madre también ha relatado que una amiga de la chica les advirtió que si su hija continuaba con el procesado "acabaría muerta" y, entre sollozos, ha añadido que fue su hijo quién se enteró de los sucedido a través de un periódico de Girona.

"Mi hijo vio que habían encontrado muerta a una chica belga a quien todavía no habían identificado, aunque contaban que tenía unos 40 años, que era rubia y que vivía en Sant Pere Pescador y que habían detenido a un hombre, las iniciales del cual coincidían con las de Daniel", ha manifestado.

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