Los hoteles de la Costa Daurada y las casas rurales de la Catalunya central han sido los grandes beneficiados durante el puente. La falta de nieve en los Pirineos ha facilitado este trasvase de turistas, así como «precios más económicos y atractivos» aunque «no es tiempo de bañarse», dijo Aloy. La recuperación económica de las estaciones de esquí a raíz del flojo inicio de temporada «depende del clima», según afirmó. Durante el puente sólo abrieron cuatro estaciones de esquí catalanas. La de Port Ainé, la primera en abrir, recibió cuatro veces menos visitantes que el puente de 2005.