El fiscal pide más de 22 años de cárcel para un hombre que mató a su expareja y la descuartizó

La defensa pide tres años de prisión por un delito de homicidio, ya que actuó en estado de shock
Fachada De La Audiencia De Girona
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EUROPA PRESS
Fachada De La Audiencia De Girona

La Audiencia de Girona acogerá a partir del próximo martes 7 de mayo el juicio con jurado popular contra el belga Daniel Pierre I., acusado de los delitos de asesinato, profanación de cadáver y lesiones psíquicas, por los que el fiscal pide 22 años y cuatro meses de prisión.

En el escrito de conclusiones provisionales, el fiscal relata con todo detalle como la noche del 25 al 26 de septiembre de 2010 el acusado mató y descuartizó a la víctima, que había sido pareja de éste, en el domicilio que los padres de Daniel Pierre I. tenían en Sant Pere Pescador (Girona).

El fiscal mantiene que tras producirse una discusión entre ambos, el procesado propinó numerosos golpes y puñaladas a la víctima por todo el cuerpo —pechos, parte interna de los muslos, brazos, piernas, espalda, cabeza, cara y cuerpo— lo que le provocó "graves sufrimientos" antes de morir unas tres horas después de la agresión a causa de un shock hipovolémico por neumotórax.

El ministerio público afirma que el acusado se aprovechó de la intimidad y soledad que ofrecía el domicilio, ya que se trataba de una casa unifamiliar rodeada de jardín, lo que dificultaba que la víctima pudiera pedir ayuda, y del estado de embriaguez de la mujer, lo que le debilitaba las capacidades de defensa.

Además, una vez la chica estuvo muerta, el procesado se deshizo de su cadáver fragmentándolo en partes y colocándolas en bolsas de basura que guardó en el refrigerador del domicilio.

La mañana del 26 de septiembre, cuenta el escrito, el acusado se puso en contacto con el jardinero y le pidió que forzara una persiana diciéndole que no tenía las llaves de la puerta; una vez dentro, el acusado le mostró al jardinero el cuerpo descuartizado y le ofreció una gran cantidad de dinero para que le ayudara a deshacerse de los restos.

En ese momento, el jardinero "sufrió una grave situación de angustia y terror" que le llevó a salir de la casa rompiendo una cristalera, ya que las puertas y ventanas estaban cerradas, lo que le provocó lesiones en el antebrazo que le han dejado cicatriz y un síndrome ansioso depresivo postraumático por el cual ha tenido que seguir tratamiento farmacológico.

Por todo lo relatado, el fiscal pide 19 años y once meses de cárcel por el delito de asesinato; cinco meses más por un delito de profanación de cadáver y dos años de prisión por un delito de lesiones psíquicas; además, de una indemnización por responsabilidad civil de 242.000 euros —90.000 euros para cada unos de los padres de la víctima, 50.000 euros para el hermano de ésta y 12.000 euros más para el jardinero—.

También pide que concurran los agravantes de parentesco, abuso de superioridad y aprovechamiento de las circunstancias del lugar para cometer el delito.

Momento de locura

Por su parte, el abogado de la defensa, Carles Monguilod, pide para el acusado una pena de tres años de prisión por homicidio, ya que contempla la eximente incompleta de embriaguez y la atenuante analógica de reparación parcial del daño.

En su escrito, el letrado cuenta que la noche de los hechos tanto acusado como víctima se encontraban "profundamente embriagados" y que lo que se inició como una discusión verbal fue subiendo de tono hasta que la chica cogió un cuchillo de la cocina con la intención de clavárselo al acusado, ante lo cual el procesado cogió otro cuchillo para defenderse de los ataques que recibía de ésta y se lo clavó varias veces.

Debido al estado de embriaguez el acusado no fue consciente de que la chica había muerto hasta que despertó la mañana siguiente y "al darse cuenta de la trágica realidad y actuando bajo un estado de shock, desesperado por lo que había sucedido y en un momento de locura", descuartizó el cadáver y lo introdujo en variar bolsas de plástico, añade el texto.

La defensa alega que el acusado salió de la casa todavía en shock, sin coger las llaves, y que, casualmente, se encontró con el jardinero y ambos volvieron a casa, entraron al domicilio por la ventana tras levantar una persiana y que cuando el jardinero vio los restos de la víctima salió huyendo presa del pánico.

Finalmente, el letrado recuerda que Daniel Pierre I. ofreció todo el patrimonio que tenía en España para pagar parte de la indemnización a favor de los familiares de la víctima: el dinero que había en una cuenta corriente (10.972 euros) y lo que se consiguió al subastar su coche, un Porche Cayman (18.726 euros), un dinero que ya ha sido entregado a la familia de la chica.

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