La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a dos años de prisión y multa de 300 euros a un hombre de 47 años e iniciales A.L.Z. por agredir sexualmente, amenazar y lesionar a una mujer en su propio domicilio, situado en el municipio granadino de Válor.

El tribunal le atribuye un delito de agresión sexual, por el que le impone una pena de un año y seis meses, además de prohibición de aproximarse a ella por tres años, un delito de amenazas, por el que deberá cumplir seis meses de cárcel y otra prohibición de acercarse de dos años y medio, y una falta de lesiones, por la que deberá pagar 300 euros. Además, le obliga a indemnizar a su víctima en la cantidad de 10.000 euros por los daños morales causados.

El acusado reconoció los hechos y aceptó la condena solicitada por la Fiscalía, de manera que la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se ha dictado por conformidad entre las partes, y recoge como hechos probados que el 6 de enero de 2008, la mujer, su compañero sentimental y el procesado, con antecedentes penales, coincidieron en diversos locales de copas de Válor.

Sobre las 03,00 horas, cuando se encontraban en uno de esos bares, la mujer se marchó sola a su domicilio, y en el local se quedaron su novio y el acusado, que, una hora más tarde, se presentó en su casa. Él le pidió a la mujer que lo invitara a tomar unos whiskies y, tras tomar varias copas, ella le pidió que se marchara. No obstante, él le contestó que se iba a quedar porque iban a mantener relaciones sexuales, y, ante la negativa de ésta, hizo ademán de tocarle los pechos, agarrándola además por las muñecas.

La mujer intentó zafarse de él y tranquilizarlo, y cuando ella dijo que se iba al pueblo e intentó salir de su vivienda, el inculpado se puso delante de la puerta para evitarlo "con la intención de amedrentarla", según consta en la resolución, que es firme. El hombre forcejeó entonces con la mujer, que había cogido un hacha, se la arrebató y la amenazó con el arma en el cuello amenazándola con matarle.

Se sentó encima de ella y comenzó a decirle que iban a mantener relaciones, le bajó los pantalones a la mujer, pero, tras diversos tocamientos, y al ver llorar a la mujer, decidió pedirle perdón y se marchó de la vivienda.

El procesado le dijo a la mujer que "si no hubiese abierto la puerta" habría utilizado gasolina para incendiar el cortijo y le amenazó con regresar una de las noches en las que estuviera con su novio para "meterle fuego" a la vivienda. "Yo te puedo matar ahora mismo", le dijo el hombre, haciendo ademán de introducirse la mano en el bolsillo para sacar algún objeto de su interior. Como consecuencia de la agresión, la mujer sufrió lesiones en los brazos.