Un estudio realizado sobre las vivencias que tienen los afectados por los desahucios hipotecarios ha detectado un "colapso" emocional en estas personas que ocasiona un "derrumbe del mundo" para ellos, con lo que se afecta a su capacidad de razonamiento. Además, al final del proceso los afectados presentan estrés post-traumático.

El autor del estudio, profesor del departamento de Dirección de Operaciones e Innovación de Esade, Joan Ramis Pujol, ha advertido también sobre el "doble fallo del sistema" que se produce en esta situación a consecuencia del "fallo del mercado" y del de la "administración" ante la "incapacidad del poder ejecutivo para arreglar esto".

Ramis, quien ha elaborado este estudio con la ayuda de Cáritas Mallorca y el análisis de ocho casos de afectados de la isla, ha destacado que el colapso que sufren quienes se encuentran en esta situación puede llegar a ser doble, de manera que son "incapaces de resolver los problemas prácticos de su vida y pierden los puntos de referencia".

Además, otra de las conclusiones del estudio es que la mayoría de los casos analizados presenta estrés post-traumático de nivel elevado o máximo, por lo que se trata de un proceso "con impactos brutales sobre las personas afectadas". Así, "se sienten perdidos", e, incluso, llegan a plantearse la posibilidad de suicidarse. "En algunos casos el suicidio se les ha pasado por la cabeza", ha manifestado.

Asimismo, ha apuntado otras consecuencias concretas como miedo e impotencia, repercusiones negativas en la vida personal y/o laboral, problemas de salud, cambio en las prioridades o modificación de los hábitos.

Una "montaña rusa" emocional

El autor del estudio, quien ha indicado que no se pueden extraer datos cuantitativos, ha destacado la "montaña rusa" emocional que experimentan los afectados en la que "no ven" y tienen "emociones inesperadas, alternantes, aunque predominan las negativas, especialmente intensas".

Por otro lado, Ramis se ha referido al entorno de los afectados como son la familia, el entorno empresarial, las empresas relacionadas con la vivienda -como las de suministros y la banca-, la administración pública y las organizaciones sociales.

Así, ha explicado que quienes van a ser desahuciados contactan en primer lugar con las organizaciones sociales, como Cruz Roja, Cáritas o la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o la familia, si bien lo suelen hacer "demasiado tarde".

La banca cambia su interacción con el cliente durante el proceso

También hay agentes que "estorban" en el proceso como la mayor parte de administraciones o las empresas de suministros; y, finalmente, se sitúan las entidades bancarias que "se transforma y perjudica".

Según ha detallado, cuando los afectados empiezan a dejar de abonar las cuotas hipotecarias, la interacción cambia entre la banca y los clientes. Esto puede dar lugar a un incremento de la presión para cobrar, el establecimiento de fechas límite muy cortas para aportar documentos o tomar decisiones; la aportación de malos consejos o información deficiente; y la "humillación al exigir ciertas condiciones" como aportar los billetes de vuelta al país de origen como condición para obtener una dación en pago.

Ramis se ha referido así a la "corresponsabilidad" que tienen los bancos en el proceso, a pesar de que las familias son las que asumen "demasiada". Según su opinión, existe un "desequilibrio" entre ambos que es necesario corregir, algo que se podría favorecer mediante la mediación.

En cuanto a las emociones y sentimientos que se desarrollan durante los desahucios, el profesor de Esade ha apuntado que las más destacadas son el miedo, el asco, la rabia y el lloro, así como el paso por procesos de desespero, ansiedad o angustia, o, incluso, la vergüenza, culpabilidad o engaño.

"doble fallo del sistema"

En referencia al "doble fallo del sistema" que se produce durante todo el proceso del desahucio, Ramis ha lamentado que la administración no haya ni arreglado esta situación, ni prestado ayuda a quienes la sufren. Así, ha considerado que existe una "desconexión" por parte del poder ejecutivo con las finalidades sociales.

"Hay trabajo a hacer a nivel social y político", ha añadido el autor del análisis, quien también se ha referido a una "potencial destrucción de la clase media" y a un "terreno de juego que puede ser visto como no igualitario".

Ante esta situación, Ramis ha realizado diferentes propuestas como, entre otras, acudir a las ayudas en el momento en el que las familias tienen que reajustar su economía; tener una legislación "clara y sin ambigüedades"; establecer mejores estrategias para que los afectados puedan acceder a un empleo; instaurar un sistema de mediación para gestionar el proceso; o prestar ayuda especializada a los afectados.

Incremento de peticiones de ayuda en mallorca

Por su parte, la secretaria general de Cáritas Mallorca, Margalida Riutort, ha destacado que, a diferencia de lo que ocurría otros años, en el 2012 la primera demanda de petición de ayuda ha sido sobre vivienda. Así, ha señalado que esta demanda aumentó un 36 por ciento respecto a las cifras de 2011 para ayudas a destinar al alquiler, suministros o el pago de las cuotas hipotecarias.

Riutort, quien ha hecho hincapié en que la vivienda es "más que un techo, es un derecho fundamental", ha recordado que en el 2012 Cáritas concedió 573 ayudas para la vivienda en Mallorca, que supusieron una cantidad de más de 140.000 euros. "No hay color", ha dicho la responsable de Cáritas sobre las personas que acudían antes solicitando ayuda para la vivienda y las que van ahora.

Además, ha criticado que el Gobierno central "por desgracia" no haya "tenido en cuenta, ni respetado" las firmas presentadas la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de la PAH.

Cáritas sobre los escraches:

"todo ciudadano tiene derecho a protestar"

"Todo ciudadano tiene derecho a protestar en algún momento ante una cosa que no cree digna", ha manifestado Riutort sobre los escraches, antes de añadir que "se debe ir alerta con no ofender personalmente a responsables políticos".

En cualquier caso, ha considerado que estos responsables políticos "deben asumir unas responsabilidades" puesto que "ante una propuesta de la ciudadanía", como la ILP, que contó con cerca de un millón y medio de firmas de apoyo, ésta "prácticamente" no fue tenida en cuenta. "Es normal que haya reacciones" aunque Cáritas "no está favor de protestas que atenten contra las personas", ha concluido.