El frío y la entrada en vigor de la ley seca ahuyentaron las concentraciones de jóvenes en las plazas habituales de la ciudad. Pasadas las once de la noche, apenas si se podían ver pequeños grupos de media docena de personas sentadas en un banco y con los cuerpos encogidos por el frío.
Ni siquiera hizo falta la anunciada presencia policial para informar a los jóvenes, quienes, por cierto, conocían la entrada en vigor de la nueva ley.
En cualquier caso, los pillados in fraganti con el cubata no hubieran sido multados, puesto que los agentes esperarán a que el Ayuntamiento tenga aprobada su ordenanza municipal sobre el tema, a finales de diciembre. Unos días más tarde estará listo el botellódromo, cerca de la Huerta del Rasillo.
«Hay que tener cuidado»
El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, advirtió ayer de que «hay que tener cuidado» con lo que ocurre en los botellódromos. Señaló que «puede parecer» que con estos espacios los adultos quieren quitarse «de encima» a los jóvenes. Por eso, Chamizo abogó por «matizar el mensaje» y crear «puentes» de diálogo entre adultos y jóvenes.
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