La intérprete, madre recientemente de una niña, interpreta a la secretaria judicial de la jueza encarnada por Belén Rueda en Luna, misterio de Calenda (Antena 3). En absoluto agobiada por las apariencias, comenta lo poco que le importa el asunto físico, la recuperación tras dar a luz... etc. Y deja clara su prioridad: criar a su hija.

¿Cambió mucho su opinión acerca del trabajo de una secretaria judicial (papel que interpreta)? Es bastante desconocido por la mayoría...

Bueno, a mí personalmente, no, pero la gente sí que me ha comentado: qué trabajo más interesante. No sabían que existía esa figura.

¿Cree usted en la leyenda de los hombres lobo, tan presente en Calenda?

Personalmente soy escéptica, pero reconozco que me pone, que me da morbo escuchar esas historias. Y además me encantan las películas de miedo.

¿Ha llegado a pasar miedo mientras grababa?

Sí, alguna vez. Y eso que mi personaje es muy terrenal.

¿Nota mucho la crisis en la televisión?

Pues sí, ahora en lugar de trece capítulos pues hay que hacer ocho y con menos dinero. Hay menos para todos. Se trabaja más también.

¿Qué denuncia social haría a través de la serie?

No me considero tan importante como para hacer una denuncia social. Aunque  lo que personalmente me encantaría sería defender nuestros derechos.

¿Cómo lleva lo de compaginar maternidad y trabajo?

Es muy difícil y muy bonito a la vez. Aprovecho cada segundo y me centro en el presente. Eso sí: la prioridad es mi hija. Me cuesta tener que dejarla para ir a trabajar, pero a su vez tengo la suerte  de tener trabajo.

¿Mucha presión en cuanto al físico tras dar a luz?

A mí me da igual, pero es cierto que al haber cierta exposición puede que haya quien lo sienta. A mí realmente lo que me importa es sentirme cómoda conmigo. Lo que piensen los demás me da lo mismo. Y lo que ahora es relevante para mí es que estoy criando a mi bebé y no se puede forzar la máquina.