El escritor y periodista Juan Cruz realiza un Viaje a las Islas Canarias en su último libro, un "recorrido sentimental" por la tierra que le vio nacer y que es también un "poema de amor y un elogio templado de su belleza". Este tinerfeño enamorado del archipiélago afirma además que "la fuerza de Canarias reside en su misterio y en el amor que inspira".

"Este es un viaje en el que he querido que haya de todo: sentimiento, historia, pasión por el paisaje, reconocimiento del esfuerzo de la gente para habitar, a veces en condiciones de mucha dificultad, un archipiélago bellísimo que ha sufrido a lo largo de la historia la miseria y la indiferencia", plantea antes de citar a Cuaderno de Godo, publicado en los sesenta por Ignacio Aldecoa, como gran referencia.

Viaje a las Islas Canarias ha tratado de hacer una "literatura de la memoria", basándose en la "experiencia de conocer y de haber vivido prácticamente en todas las islas; de amarlas y de necesitarlas".

"Es un poema de amor a mi tierra, pero es también una invitación a que la gente haga conmigo ese viaje predilecto", añade.

Un viaje que tiene un 80% de emocional y un 20% de recorrido físico puro, dando como resultado un "libro unitario que mezcla estas fronteras, con el propósito de reflejar el estado de ánimo que producen el paisaje, la historia y la gente".

"La fuerza de Canarias reside en su misterio, en la lejanía, en el carácter mismo del archipiélago; en la condición humana de los insulares, que es distinta a cualquier otra condición; en el carácter que transmite la diversidad de paisajes y territorios; en la bravura del Atlántico, en los verdes de los valles que van al mar. La fuerza de Canarias reside también en el amor que inspira", reflexiona el autor.

En esta línea, plantea con cierta pena que el archipiélago haya perdido "pureza en sus costas", al tiempo que asegura que "mantiene secretos que hacen que la propia geografía física te transporte a lugares que jamás han dejado de ser lo que fueron, a pesar del paso del hombre".

"Hay algo de ancestral en las islas, y ese misterio es el que he querido tocar", analiza este tinerfeño que confiesa que cada vez que regresa a su tierra siente "su aire peculiar, combinación de salud y ensueño, una especie de arrullo constante". "Allí el silencio parece físico, se puede tocar, revitaliza", sentencia.

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