El Parque de Cabárceno ofrece una 'visita salvaje' para conocer la vida de jirafas, osos, elefantes o rinocerontes

Permite experiencias como dar de comer manzanas a un elefantes, zanahorias a las jirafas o ver a una osa amamantando a sus crías
Animales Cabárceno
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EUROPA PRESS
Animales Cabárceno

El Parque de la Naturaleza de Cabárceno ofrecerá esta Semana Santa a sus visitantes una nueva forma de recorrer sus 750 hectáreas. La 'visita salvaje' permitirá conocer de cerca cómo viven y se comportan jirafas, osos pardos, elefantes africanos, cebras grevi, gorilas de la llanura, rinocerontes blancos o aves rapaces, entre otros.

Dar de comer manzanas a la pequeña elefanta Cristina, observar el "equilibrio mental" del gorila macho Nicki o el "sentimiento de superioridad" de las jirafas Pepe, Moreno, Zapatones y Marco, son algunas de las experiencias de esta visita, que ha realizado Europa Press.

Y todo ello complementado con unas didácticas explicaciones a cargo del jefe de veterinarios del parque, Santiago Borragán, que magnificará las emociones de los aventureros con sus anécdotas y vivencias. A bordo de un jeep, esta visita adentra al visitante por un "paisaje lunar" ubicado en el valle cántabro de Pisueña.

Primera parada, las jirafas. Unos animales en los que el "carácter apacible es sólo fachada", ya que, según explica Borragán, "son complicados, con una salud difícil y tiene sentimientos de superioridad porque en su lugar natural, la sábana africana, no tienen depredadores".

Por ello, para acercase a ellos hay una verja de por medio, y es que, además de "torpes", las jirafas, con más de cinco metros de altura y unos 1.000 kilos de peso, si se les molesta, no tienen inconveniente alguno en dar "una patadita". Sin embargo, también son "curiosas" y en cuanto ven una zanahoria se aproximan para llevársela a la boca con sus largas lenguas.

Cabárceno cuenta con cuatro ejemplares, siendo éstos los únicos en Europa a los que se puede ver corriendo debido a la amplia pradera de la que disponen. Este parque en el que conviven cerca de 1.000 ejemplares de 121 especies animales diferentes también cuenta con el recinto "más grande del mundo" para elefantes en semilibertad y es donde mayor número de estos mamíferos nace en cautividad.

La inteligencia del elefante

Los paquidermos africanos son la segunda parada de esta 'visita salvaje' que adentrará al visitante en el recinto de 25 hectáreas en el que viven estos animales de entre 4.000 y 6.000 kilos y le permitirá conocer el trabajo diario que llevan a cabo los cuidadores de la manada de 16 ejemplares. "Son muy inteligentes, lo que permite hacer con ellos cosas que en otros animales no es posible", asegura Borragán.

Así, dos cuidadores muestran como curan a la elefanta Brisa de las quemaduras y heridas que tiene en sus patas debido a una "disputa por la dominancia" con otra hembra de la manada. A base de un entrenamiento condicionado -por hacer lo que se le pide recibe un premio, método que se está intentando extender al resto de animales para evitar anestesiarles cada vez que hay que tratarles—, Brisa es capaz de sacar la pata que se le indica a través de un hueco de un metro cuadrado para que le limpien y apliquen pomada en sus heridas.

En este recinto, los visitantes también podrán disfrutar de la compañía de Cristina, una pequeña elefanta "muy sociable" que fue criada con biberón, a quien le encantan las manzanas y que no tiene reparo en acercar la trompa al objetivo de las cámaras para pegar un soplido.

Los osos pardos son los que cuentan con un mayor recinto en el parque, un total de 35 hectáreas en las que habitan 79 ejemplares. Desde dentro del vehículo, se podrán observar escenas como una osa dando de mamar a sus tres crías, una 'guardería' en la que las hembras velan porque las crías coman sin que se acerquen los machos o dos osos "agachando las orejas" tras ser gruñidos por una osa porque se estaban peleando cerca de las crías.

Solo en la naturaleza en estado puro se pueden percibir estos comportamientos y percibir detalles como las "huella dactilar" que portan en sus rayas las cebras grevi, un animal en peligro de extinción -al igual que el resto con los que trabaja este parque— al que, según Borragán, ha sido "un juego de niños" enseñarle a comer pan para cuando haya que medicarles poder meter las pastillas en la miga.

"Te quitan el pan de las manos", avisa el jefe de veterinarios, que reparte pedazos entre los 'visitantes salvajes' para que lo comprueben, mientras destaca que Cabárceno es el único lugar de España en el que hay cebras grevi, y quizás pronto también se convierta en el primer lugar de la península que vea nacer a un ejemplar de esta especie.

Los primitivos gorilas

Por otro lado, el recorrido adentra al visitante en el recinto de los gorilas de la llanura donde conviven el macho Nicki, y las hembras Chelewa, Nadia y Moja, ésta última preñada y ya "fuera de cuentas" por lo que se espera que pronto nazca el segundo ejemplar de esta especie en el parque, a pesar de que el primero falleció.

Estos animales son "muy primitivos" y, sin embargo, comparten el 98 por ciento del AND con los seres humanos, por lo que son "inteligentes" y "necesitan desarrollarse, explica Borragán, que destaca que en Cabárceno cuentan con "una instalación concebida para que el gorila piense" y no el "régimen carcelario" al que están sometidos en algunos zoológicos.

El safari por el parque se acerca hasta los rinocerontes blancos para mostrar como este animal "irascible" y al que dicen que tocar es "afrodisíaco" ha aprendido a reconocer a sus cuidadores, quienes muestran como dan de comer hierba y manzanas con la mano al macho Sagán, que vive acompañado de las hembras Nora y Zola.

Por otro lado, los visitantes también podrán aprender el arte de la cetrería volando un águila escudada y tomarse fotografías sujetando un pigargo americano o un águila calva, que son algunos de los 50 ejemplares del espectáculo de técnicas de vuelo. Cabárceno cuenta con unas 130 aves rapaces de más de 20 especies diferentes.

La visita dura ocho horas y la pueden realizar un mínimo de dos y un máximo de cuatro personas -precio de 200 euros por persona si son dos, 180 si son tres y 160 si son cuatro—que, además de conocer de cerca los animales, disfrutarán de un menú especial con productos cántabros como anchoas del cantábrico, milhojas de berenjena y pescado gratinado sobre puré de pimientos, escalopines de solomillo rellenos de verduras al tostadillo lebaniego y leche frita con Mouse de arroz con leche.

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