Lo atestigua el 90% de los padres y profesores de estos centros que aseguran que «las interrupciones horarias perjudican la atención de los alumnos». Según el estudio, los tiempos de descanso excesivamente largos fomentan la agresividad. «Muchos profesores de infantil dicen que por la tarde sus alumnos se vuelven muy brutos y que tenían que relajarlos para continuar las clases», dijo ayer Clemente Hernández, presidente de ANPE.
Sólo quedan 43 centros que todavía tienen jornada partida en la Región, de los 392 centros públicos de infantil y primaria. El sindicato exigirá la continua en estos centros para el curso que viene, salvo que los padres quieran que se lleve a votación.