La segunda fumata del Vaticano también es negra

  • La segunda fumata negra ha podido verse este miércoles a las 11.39 horas, tras las dos votaciones de la mañana, en las que no ha habido acuerdo.
  • Se realizan hasta cuatro votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde.
  • El Vaticano afirma que las dos fumatas negras no significan que los cardenales estén divididos dentro de la Capilla Sixtina.
Centenares de feligreses permanecen atentos en la Plaza de San Pedro del Vaticano durante la segunda jornada de Cónclave en la ciudad del Vaticano. Las dos primeras fumatas negras surgidas de la chimenea de la Capilla Sixtina aumentan la expectación en la plaza, que acoge la llegada de miles de fieles y curiosos a la espera, en un ambiente festivo, de la 'la fumata blanca' que indica 'tenemos papa'.
Centenares de feligreses permanecen atentos en la Plaza de San Pedro del Vaticano durante la segunda jornada de Cónclave en la ciudad del Vaticano. Las dos primeras fumatas negras surgidas de la chimenea de la Capilla Sixtina aumentan la expectación en la plaza, que acoge la llegada de miles de fieles y curiosos a la espera, en un ambiente festivo, de la 'la fumata blanca' que indica 'tenemos papa'.
Stringer / EFE
Centenares de feligreses permanecen atentos en la Plaza de San Pedro del Vaticano durante la segunda jornada de Cónclave en la ciudad del Vaticano. Las dos primeras fumatas negras surgidas de la chimenea de la Capilla Sixtina aumentan la expectación en la plaza, que acoge la llegada de miles de fieles y curiosos a la espera, en un ambiente festivo, de la 'la fumata blanca' que indica 'tenemos papa'.

Los 115 cardenales electores han vuelto este miércoles a la Capilla Sixtina del Vaticano hacia las 9.30 horas, y tras rezar media hora, han llevado a cabo la segunda y tercera votación para elegir al sucesor de Benedicto XVI y 266 papa de la Iglesia Católica. De momento, aún no hay acuerdo.

Al igual que este martes, en el primer día de cónclave, varios miles de fieles y curiosos se congregaron pese a la lluvia en la plaza de San Pedro, a la espera de ver en directo la deseada fumata blanca, la que anuncia al mundo que los más de 1.200 millones de católicos tienen un nuevo líder espiritual.

El humo negro salió por la chimenea durante un buen rato, para, al igual que este martes, que no quedasen dudas de que era de ese color. Eran las 11.39 horas. Tras unos minutos, el humo negro volvió a salir otra vez. Breve descanso al mediodía y a primera hora de la tarde, nuevo encierro para proseguir con las votaciones.

Las dos fumatas negras tras las tres primeras votaciones "son algo normal" y no supone una división entre los cardenales para elegir al sucesor de Benedicto XVI, afirmó el portavoz vaticano, Federico Lombardi. "Entran en lo normal, no es señal de división, sino que forma parte de una búsqueda normal de consensos", dijo el jesuita Lombardi en un encuentro con la prensa. Agregó que los 115 cardenales electores se encuentran encerrados con la intención de votar al purpurado que consideren más adecuado y que todas las "historias de divisiones y conflictos" son "pura fantasía".

Lombardi informó de que los cardenales se encuentran bien, "de buen humor", y algunos han ido andando hasta la capilla Paulina, donde celebraron misa antes de entrar en la Sixtina por segundo día. Preguntado si algún cardenal está enfermo y si todos asistieron a la Sixtina, tras verse este martes cómo uno de ellos iba en silla de ruedas y otro acompañado por un ayudante, Lombardi declaró que, en su opinión, "todos están bien".

Rutina diaria

Los cardenales electores salieron a las 7.45 horas local (06.45 GMT) de la residencia de Santa Marta, en la que se alojan durante el cónclave, para dirigirse a la Capilla Paulina, que se encuentra a casi un kilómetro de distancia. En la capilla Paulina concelebraron misa antes de entrar en la Sixtina. Tras la fumata negra, los purpurados regresaron a la Casa de Santa Marta y a las 16.00 horas volvieron a la Capilla Sixtina.

La primera fumata del Cónclave para el 266 papa de la Iglesia Católica también salió negro, lo que indicaba que ningún purpurado había obtenido la mayoría necesaria de 77 votos para ser elegido el sucesor de Pedro. Los cardenales destacaron el amor, la caridad y la búsqueda de la unidad de la Iglesia como principales cualidades del futuro papa.

Cuatro votaciones cada día

La Constitución Apostólica que rige el proceso establece que en los tres primeros días se celebrarán dos votaciones por la mañana y dos por la tarde, con dos fumatas al día (al mediodía y por la tarde) para dar cuenta del resultado.

En caso de que el Pontífice fuera elegido en la segunda o tercera votación, entre las 10.30 y las 11.00 horas podría verse una fumata blanca. En caso de no resultar elegido, la fumata negra aparece en torno a las 12.00 horas.

Si es elegido en alguna de las votaciones de la tarde, la fumata blanca se podría ver entre las 17.30 y las 18.00 horas. De ser el resultado negativo, la fumata negra se espera hacia las 19.00 horas.

Si no hay consenso...

Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante tres días consecutivos, el proceso de elección se suspenderá por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.

Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios.

Finalmente, cuando sea elegido el nuevo papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta.

Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca. Posteriormente, el nuevo papa va a la 'habitación de las lágrimas' para vestirse y vuelve a la Capilla Sixtina para una pequeña ceremonia con una oración y un pasaje del Evangelio. En ese momento, todos los cardenales demuestran su obediencia al nuevo pontífice y después cantan el Te Deum. Por primera vez, el nuevo papa irá a la Capilla Paulina a rezar unos minutos. Poco después, el cardenal protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará —si no es él el elegido— el 'Habemus Papam'. Posteriormente, el nuevo Pontífice imparte la Bendición Urbi et Orbi como en Pascua y Navidad.

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