Las 3.100 oficinas de farmacia de Cataluña han decidido no cerrar ningún día en protesta por los impagos de la Generalitat, que les adeuda más de 302 millones de euros, pero han acordado que reclamarán por la vía administrativa y judicial los intereses de demora de estos impagos.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, Jordi de Dalmases, ha informado este miércoles del resultado de la consulta hecha a todos los titulares de oficinas de farmacia, en la que han participado un 75 %, y que ha rechazado la convocatoria de un nuevo cierre de farmacias.

Sin embargo, los farmacéuticos han aprobado convocar una manifestación que se celebrará en la plaza de Sant Jaume la próxima semana e iniciar acciones administrativas para reclamar intereses de demora por el impago que acumulan desde hace cuatro meses y, en el caso de que no prosperen, recurrirán por la vía judicial.

También recogerán firmas en las oficinas de farmacia para pedir al Parlament que priorice el pago de los medicamentos dispensados.

Todas estas medidas han contado con el apoyo de más de dos tercios de los votos emitidos, con porcentajes que van desde el 96 % de apoyo a la reclamación de intereses, el 87 % a la recogida de firmas, y el 72 % a la convocatoria de una manifestación.

Las otras dos propuestas que se plantearon no han prosperado porque no han superado el umbral de los dos tercios de votos de apoyo: el 51 % de los votantes se han mostrado partidarios del cierre de farmacias y el 41 % han apoyado denunciar el concierto -el convenio de pago con la administración-.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, Jordi de Dalmases, ha señalado que el panorama es "muy difícil" y ha augurado un "desabastecimiento real" de las farmacias si los impagos siguen durante otro mes.

En este sentido ha asegurado que hay trece farmacias que ya han cerrado temporalmente y que, según las distribuidoras de medicamentos, hay más de un centenar farmacias a las que les han suspendido el suministro -lo que no significa que se hayan quedado sin fármacos, porque la mayoría de oficinas trabajan con más de un distribuidor.