El grupo municipal socialista ha alertado este miércoles del "peligro de retroceso" en el proceso de desmantelamiento de Son Banya que supone "la parálisis y la falta de voluntad" del PP para continuar con el plan de erradicación del poblado, por lo que ha reclamado al equipo de Gobierno que "actúe con contundencia para dejar claro que no hay vuelta atrás".

La regidora socialista Virginia Abraham ha explicado en una rueda de prensa que el Ayuntamiento palmesano "no solo no ha derribado ninguna de las 42 barracas que tienen sentencia firme para su demolición, sino que ha constatado la existencia de hasta nueve nuevas viviendas que se han levantado en los últimos meses".

Abraham ha pedido la demolición de las nuevas barracas y de las que tienen sentencia judicial, así como un "mayor control" para evitar nuevos asentamientos.

"A pesar de los acuerdos adoptados por parte del Pleno del Ayuntamiento de Palma, la realidad es que desde hace casi dos años no ha habido ninguna voluntad política por parte del alcalde de Palma, Mateo Isern, para dar continuidad al plan para la erradicación del Poblado de Son Banya", ha reprobado la regidora del PSIB.

Los socialistas han solicitado la elaboración de un nuevo calendario de trabajo para adaptar el plan a la nueva realidad social y poder dar respuesta a las familias que están dispuestas a abandonar Son Banya.

En opinión de Abraham, "lo más preocupante" es que no se hayan ejecutado los acuerdos plenarios "por falta de voluntad política", ya que se considera "un grave incumplimiento" del código de Buen Gobierno.

"Si hay 24 sentencia firmes favorables, el Ayuntamiento de Palma tiene la obligación de iniciar de manera inmediata la demolición de estas barracas, en cumplimiento del punto tres del acuerdo plenario de 25 de octubre de 2012", ha sentenciado la socialista.

Cabe recordar que entre 2008 y 2011 se ejecutaron 48 demoliciones en Son Banya y se alcanzó un acuerdo para desahucio judicial de 44 familias de las que se tenía constancia de que poseían vivienda habitual fuera del poblado y de aquellas que presuntamente utilizaban la construcción en Son Banya para la venta de drogas.