Agentes de la Consejería de Medio Ambiente han retirado los tres cebos envenenados junto a los que un grupo de 80 escolares pasaron este fin de semana, en la casa forestal San Jerónimo, dentro del término de Monachil (Parque Natural de Sierra Nevada).El propietario de este coto fue el que dio la voz de alarma el sábado 18, cuando descubrió, cerca de la instalación, a cinco perros de caza y varios zorros muertos. Los animales, que habían participado en una batida de jabalíes el día anterior, estaban junto a restos de pollo y tocino envenenados. Afortunadamente, los escolares no llegaron a acercarse a la zona donde estaban colocados los cebos.
Este caso se suma al ocurrido hace algo más de un mes en varios cotos de la provincia de Cádiz, donde fueron localizados cebos y artes ilegales de caza, que tenían sustancias tóxicas. Y el pasado mes de marzo se intervinieron cepos ilegales en una finca de Úbeda (Jaén) que mataron a tres currucas capirotadas y a un mirlo.
Pena de cárcel
«Lo que buscan con los cebos envenenados es matar zorros, principalmente, o animales que puedan poner en peligro gallinas o animales de corral», explica una investigadora de la Estación Biológica de Doñana. Desde 1996, el uso de cebos envenenados es un delito castigado con penas entre seis meses y dos años de cárcel y multas de hasta 300.000 1.
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