Fleetwood Mac (aquella banda que arrasó en los 80 cantando Everywhere, ¿recuerdan?) ha lanzado el disco Rumours (reedición) y ya tiene las maletas listas para emprender una gira mundial.  Black Sabbath, los padres del heavy metal, ultiman su nuevo álbum (13) y pronto lo presentarán en Nueva Zelanda, Japón y Latinoamérica, y Kraftwerk, Blur y Iron Maiden son los flamantes cabezas de cartel de tres de los festivales más prestigiosos de la península (el año pasado lo fueron Bob Dylan, The Cure y Guns N' Roses).

¿Les trasladan estos titulares a décadas pasadas?  Sin duda. Y, sin embargo, son los que protagonizan este mes la actualidad en las revistas especializadas, que también subrayan la inminente llegada de los últimos trabajos de Nick Drake, Motörhead y Maniobras Orquestales en la Oscuridad. Y, como no, el codiciado regreso de David Bowie, ya elevado a la categoría de semidios y responsable de arrebatar de un plumazo portadas y brillo a otros artistas más tiernos.

Ante un mercado musical tambaleante, la inversión en aquellos que un día fueron capaces de congregar a miles de personas en un estadio parece una opción sensata y menos arriesgada que el confiar en propuestas más recientes.  Para empezar, las viejas estrellas ya disponen de un nombre afianzado y no requieren de tanta promoción para darse a conocer.

Además, con ellos las cuentas cuadran. Al menos, así se desprende del último informe de Billboard, que indica que los músicos que obtuvieron más ganancias en 2012 (y, por lo tanto, generaron más dinero) llevan más de treinta años en el negocio. Y si no, atención al ranking, que está liderado por Madonna, Bruce Springsteen, Roger Waters y Van Halen. En cuanto a España, nadie logra apear a Sergio Dalma, Joan Manuel Serrat,  Joaquín Sabina y Miguel Bosé del Top20 de los artistas más vendedores. El público es conservador "y hay menos creatividad que antes", reflexionaba hace un año José Luis Perales.

Sea por estas razones o porque tras largas temporadas alejados de los escenarios las economías de los músicos comienzan a resentirse, el caso es que las resurrecciones de bandas legendarias  no dejan de sucederse. Así, por ejemplo, New Order se encuentra embarcado en su enésima reunión que, esta vez, incluye nuevo álbum, Lost sirens, integrado por canciones que no entraron en el título anterior, grabado hace ocho años.

Más tiempo (10 años) ha tenido que transcurrir para que los miembros de Suede se hayan decidido a volver a grabar juntos (el resultado, Bloodsports, verá la luz el 19 de marzo).  Y, más aún, concretamente 35, para que los ya mencionados Black Sabbath se hayan vuelto a ver las caras en el estudio.

También hay ejemplos entre las remesas más exitosas del pop de los 90: Blur y The Stone Roses han vuelto a aliarse pese a que unos y otros insinuaron o, incluso, juraron en el pasado que eso nunca ocurriría.

En cuanto a los fenómenos de fans The Backstreet Boys y The Spice Girls, ambos se han puesto en marcha para explotar el formidable éxito que disfrutaron en sus inicios: mientras los primeros preparan película biográfica y álbum, las segundas estudian un tour que transcurrirá en 2014 y al que no se sumará, lamentablemente, Victoria Beckham.

El pasado 8 de enero, el día que cumplía 66 años, David Bowie publicaba por sorpresa un nuevo single (Where are we now) tras diez años de mutismo. Se trataba de la primera señal de recuperación de aquel percance cardíaco que dos lustros atrás le había confinado en casa, alejado por aprensión de los estudios y los directos.

Su regreso se completa con el lanzamiento de su 30º álbum de estudio, The Next Day, que llega este lunes a Reino Unido y un día después, a España.  El disco muestra la faceta innovadora y profunda de aquel hombre que en tres décadas pasó de ser rey del glam, referente estilístico de la adolescencia y niño mimado de la crítica, a respetada estrella de pop de estadio, elegante duque blanco y artista de culto para las generaciones venideras.

Los artistas españoles no son la excepción. Grupos como los míticos Barón Rojo y Obús, representantes del primer heavy metal del país a principios de los 80,  encabezaron en 2012 las grandes citas de rock del verano y el otoño, entre ellas el festival Costa de Fuego (Benicàssim, Castellón) y el festival En Vivo (Madrid). Obús ha aprovechado el impulso y continúa su periplo en 2013 por otras plazas. Otros regresos inesperados han sido el de Vicky Larranz (ex Olé Olé) y el dueto Amistades Peligrosas.