Un mes tirando agua sucia y nadie interviene

Las reiteradas denuncias de los vecinos no mueven ni a la Junta ni al Ayuntamiento
La esquina de la calle está inundada por la porquería del desagüe y el mal olor que desprende.
La esquina de la calle está inundada por la porquería del desagüe y el mal olor que desprende.
Caco Rangel
La esquina de la calle está inundada por la porquería del desagüe y el mal olor que desprende.
A 15 m de la esquina entre las calles Japón y Vietnam el hedor comienza a notarse. Justo en la puerta de la Subtenecia de la Policía Local en Sevilla Este, que nunca se ha puesto en marcha, se hace insoportable. Charcos de agua verde y marrón inundan la acera y parte de la calzada. Salen bajo la puerta cerrada con llave del local. A través de sus ventanas se aprecia claramente el sonido de una cascada.

Es el agua de los desagües de los bloques de El Parchís que cae a chorros por una tubería rota en el interior del inmueble municipal cerrado a cal y canto. Esto es lo que se ha encontrado 20 minutos al llegar al lugar.

«El olor se cuela en el piso por el cuarto de baño; no se puede vivir», comenta una  vecina. Llevan un mes soportando el mal olor y notando el ruido del agua caer. Ana, la secretaria de la Asociación de Vecinos La Oca, llegó incluso a entrar en el inmueble con personal del Ayuntamiento que se acercó para abrir la puerta y comprobar qué ocurría. «Desagradable, el agua inunda todo el suelo; llegó a salir por la ventana», comenta. Los pisos son de protección de la Junta y el local, municipal. Han acudido a las administraciones, pero ninguna les da solución.

Miedo a una infección

El Ayuntamiento les manda a la Junta porque los pisos deben tener diez años de garantía, dicen los vecinos. La Junta responde que son los vecinos los que tienen que correr con los gastos. Y ellos no tienen dinero, dada la magnitud que ya tenía cuando la han detectado, puesto que el local está cerrado.

La esperanza no la han perdido, esperan que la Delegación de Gobernación se acerque esta semana, tal y como les han prometido, para encontrar la solución. Mientras, se andan con mil ojos para que los más de cien niños que allí viven no se acerquen  y puedan coger una infección. Cruzan los dedos para que no apriete más el sol y atraiga insectos y ratas a las aguas putrefactas que se acumulan desde hace 30 días.

Ana. Vecina y secretaria de la asociación La Oca.

«Si el local no hubiese estado cerrado tanto tiempo nos hubiésemos dado cuenta de la filtración antes de que llegara a este extremo. Ya hay grietas en los edificios y con el olor no se puede vivir».

Paco. Presidente de la comunidad.

«Hay que hacer algo y ya. Primero nos tenemos que tragar que no pueden poner la Subtenencia porque no hay dinero para amueblarla y ahora el mal olor y la suciedad porque está cerrado el local».

Concepción. Vecina y miembro de la asociación.

«El agua ha llegado a desbordarse por la ventana. Esto es insalubre, alguien puede coger una infección. Van

a tener que ir vestidos de buzo cuando quieran entrar en el local».

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