Maurilio Parrado pide que le condenen por "imbécil e idiota" si presionó a empresarios en un primer contacto

Insta al tribunal a que antes de sentenciar el caso lea con detenimiento los expedientes y la Ley Minera, su "mejor defensa"
Los hermanos Amado y Maurilio Parrado Castro, poco antes de concluir el juicio.
Los hermanos Amado y Maurilio Parrado Castro, poco antes de concluir el juicio.
EUROPA PRESS
Los hermanos Amado y Maurilio Parrado Castro, poco antes de concluir el juicio.

El que fuera jefe de la Sección de Minas de Valladolid entre 2000 y 2004, Maurilio Parrado Castro, ha pedido hoy a la Audiencia Provincial, donde comparte banquillo con su hermano Amado por delito de cohecho, que le condene por "imbécil e idiota" si los magistrados se creen que en su primera entrevista o encuentro con empresarios del sector se dedicó ya a presionarles al objeto de obtener de ellos distintas dádivas a cambio de agilizar la tramitación de expedientes administrativos.

En la última jornada del juicio, que ha quedado hoy visto para sentencia, Maurilio Parrado ha ejercido su derecho a pronunciar unas últimas palabras, entrecortadas por la emoción en un momento dado, para proclamar su absoluta inocencia y pedir al tribunal que le juzga que antes de dictar el correspondiente fallo se lea con detenimiento los expedientes supuestamente irregulares que se le imputan y la Ley de Minas, al considerar que tales pruebas constituyen su "mejor defensa".

De hecho, el exjefe de la Sección de Minas, cargo que ocupó en comisión de servicios y durante cuatro periodos de tiempo distintos, ha recordado, en declaraciones recogidas por Europa Press, que la práctica totalidad de irregularidades que se le atribuyen ya fueron objeto de análisis en sendos expedientes disciplinarios que la propia Administración regional le abrió en 2003 y 2004 y de los que salió "completamente absuelto y limpio".

En su breve alegato, no superior a diez minutos, Maurilio Parrado ha asegurado no dar crédito a aquellas acusaciones según las cuales desde el primer contacto mantenido con distintos empresarios de áridos se dedicó ya a coaccionarles y presionarles para que les hicieran socios de las mismas a él y su hermano Amado, que contrataran a este último o al objeto de imponerles el nombre del ingeniero de minas que tenía que firmar sus proyecto.

INCREDULIDAD

"¡Si así fuera, no se me podrá penalizar por cohecho o corrupto sino por imbécil e idiota!", ha apuntado contundente el funcionario de la Junta, quien ha extendido la misma incredulidad al hecho de que el fiscal le impute un delito de falsedad sin haber aportado el documento oficial supuestamente falsificado y, sobre todo, a la reclamación de casi un millón de euros de la empresa Álvarez Fray por precintar la gravera 'El Lucero', en Laguna de Duero, que se ejecutó en presencia de su superior jerárquico, el entonces jefe del Servicio Territorial de Industria, Ricardo del Fresno, y la Guardia Civil y por encontrarse en situación de "absoluta ilegalidad".

Tampoco entiende el acusado cómo la empresa Gracalsa le responsabiliza por no haber logrado ésta la autorización para extraer caliza en unos terrenos en Quintanilla de Onésimo, "solicitud imposible", tal y como ha advertido, por cuanto se trataba del mismo mineral explotado por otra empresa en la misma franja de terreno. "No se le concedió, en aplicación de la Ley Minera, y de hecho en 2012 Gracalsa ha vuelto a ver denegada su petición", ha apostillado Maurilio Parrado.

Pero además, el principal acusado en el presente proceso, que se expone a una pena global de hasta seis años de prisión, frente a los dos años solicitados para su hermano Amado, este último como cooperador necesario en el delito de cohecho, ha lanzado también una 'andanada' al abogado de la Junta de Castilla y León, personado como acusador particular en lugar de sentarse junto a él para ejercer su defensa.

A este acusador particular, que en la anterior sesión dijo que Maurilio Parrado, por condición de su cargo, ocupaba una "atalaya" desde la que coaccionaba a los empresarios de minas, también le ha recordado que difícilmente pudo ejercer tales presiones pues en ese pedestal también figuraban, por encima de él, los inspectores de los expedientes disciplinarios abiertos contra su persona y finalmente archivados, así como el jefe del Servicio Territorial de Industria, el delegado territorial de la Junta y hasta el propio consejero de Economía.

Las últimas palabras las ha tenido para su hermano Amado y compañero de banquillo, a quien, irónicamente, ha acusado de haber cometido dos únicos delitos: "ser hermano mío y ser ingeniero técnico de Minas".

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