La Plataforma de Afectados por las Participaciones Preferentes de Cantabria ha asegurado que seguirá concentrándose ante las oficinas de Caja Cantabria hasta que Liberbank, el banco en el que se integra esta entidad, "no dé una respuesta satisfactoria" y solucione de forma "correcta" el problema generado a sus clientes.

Además, este colectivo cree que los "continuos engaños, retrasos, desmentidos y provocaciones" del banco que preside Manuel Menéndez hará que "todos" los afectados "tomen el camino de los juzgados" y continúen interponiendo demandas, al tiempo que van a "radicalizar su actitud pública hacia la entidad".

Así lo subraya la Plataforma en un comunicado en el que informa de la concentración llevada a cabo este martes frente a la oficina principal de Caja Cantabria-Liberbank en Torrelavega, y a las que se sumarán otras, el miércoles, a las 10.30 horas en Solares, y el jueves, a las 18 horas, en la Plaza Porticada de Santander.

"La Plataforma cumple así con su compromiso", señala, en alusión a la decisión de retomar las concentraciones tras la 'tregua' dada a Liberbank durante un mes y medio en el que, afectados y directivos de la entidad, trataron de negociar para buscar una solución al problema.

"No se puede decir lo mismo de Liberbank", critica la Plataforma, para apuntar que este banco "sigue, a día de hoy, sin hacer pública ninguna oferta concreta de canje para las preferentes y demás deuda subordinada de la entidad".

Con esto, los afectados consideran que Menéndez "capitanea" este banco "hacia el desastre y el hundimiento total", debido, dicen, a su "errónea política comercial" con los "clientes tradicionales". También creen que con esta actitud va a conseguir que los afectados, "enardecidos y con los ánimos exacerbados por los continuos engaños, retrasos, desmentidos, y provocaciones de la entidad, tomen todos el camino de los juzgados para continuar con las demandas", aparte de "radicalizar su actitud pública hacia la entidad".

Desde la Plataforma creen que el "comportamiento" de Menéndez "transmite la impresión de que no le importa nada de lo que ocurra con Caja Cantabria, ni con sus impositores ni con sus empleados", sino que se limita a "meras operaciones de maquillaje de su imagen pública a través de campañas publicitarias destinadas a que nadie preste atención a los graves problemas de fondo de la entidad".