Cerca de un millar de personas participan en 2012 en programas de autocuidados para pacientes pluripatológicos

Los profesionales de Enfermería del Hospital Infanta Elena han implantado en diversas áreas de hospitalización nuevos programas de formación en autocuidados, que van dirigidos a aquellos pacientes considerados pluripatológicos, es decir, que presentan diferentes problemas de salud o a aquellos que requieren de unos cuidados específicos. El objetivo es que aprendan a controlar sus síntomas, evitando complicaciones posteriores y mejorando en general su calidad de vida.

Los profesionales de Enfermería del Hospital Infanta Elena han implantado en diversas áreas de hospitalización nuevos programas de formación en autocuidados, que van dirigidos a aquellos pacientes considerados pluripatológicos, es decir, que presentan diferentes problemas de salud o a aquellos que requieren de unos cuidados específicos. El objetivo es que aprendan a controlar sus síntomas, evitando complicaciones posteriores y mejorando en general su calidad de vida.

Alrededor de un millar de pacientes que responden a este perfil han recibido durante el año 2012 esta formación, que busca conseguir no sólo la adquisición de conocimientos y habilidades por parte de los cuidadores o pacientes, sino también su implicación y corresponsabilidad en el cuidado de su propia salud.

De esta manera, tanto los familiares como las personas que ejercen como cuidadores, y los mismos pacientes, son los primeros cómplices a la hora de cumplimentar debidamente las recomendaciones de los profesionales sanitarios sobre su salud.

Dichas pautas tienen que ver con la alimentación más adecuada y los necesarios cuidados que deben recibir, así como la adherencia y buena administración de los tratamientos y fármacos necesarios para el mantenimiento de su salud.

Asimismo, afianza una actitud "más positiva" en relación al cumplimiento del régimen terapéutico y los hábitos de vida que deben mantener.

Concretamente, 500 pacientes con problemas urológicos han participado en este programa en el que han adquirido también, en caso necesario, la habilidad práctica para el manejo de su herida quirúrgica o para el correcto uso de la sonda vesical que deben mantener durante cierto periodo de tiempo en su domicilio.

Además, alrededor de 200 pacientes con enfermedad obstructiva crónica pulmonar (EPOC) o con insuficiencia cardiaca se han beneficiado igualmente de esta formación, dirigida tanto al momento del ingreso, durante el mismo y tras alta hospitalaria, y que tiene un especial interés en enseñar aquellos conocimientos que les permitirán mantener una vida lo más autónoma posible y máximo nivel de independencia de un centro sanitario.

Evaluación previa

En todos los casos se ha llevado a cabo una evaluación previa durante los primeros momentos del ingreso, con el fin de conocer cuáles son los conocimientos reales y prácticos con los que cuenta el paciente o sus familiares sobre la enfermedad y los cuidados que requiere. A partir de dicha evaluación, se adapta la formación para hacerla verdaderamente eficaz, adecuándola de forma individual a las necesidades más o menos complejas del paciente y a su entorno social, económico y familiar.

Los conocimientos más importantes que se han ido abordando dentro de este programa han ido dirigidos al control de los síntomas del paciente, de forma que se pudieran detectar de forma precoz los posibles signos de empeoramiento o presentación de complicaciones para su atención más inmediata. Pero también se ha incidido en los hábitos más saludables que debe adoptar en relación a su enfermedad: desde la necesaria administración de ciertas vacunas y el abandono de hábitos nocivos para la salud como el tabaco o el alcohol, hasta el control de los cambios bruscos de temperatura, entre otros.

Precisamente, para el mantenimiento de una calidad de vida adecuada en este tipo de pacientes es necesaria también la corresponsabilidad de él mismo y de su entorno en el mantenimiento del régimen terapéutico. Es importante tanto el control de los fármacos y su administración adecuada, como la dieta prescrita por el especialista y el nivel de actividad física indicada para cada uno de los casos.

El control del botiquín domiciliario, con el necesario cuidado de las indicaciones de conservación de los fármacos, el manejo correcto de los dispositivos que hayan podido implantarse en el paciente, el mantenimiento de la higiene de la piel y las mucosas, así como la regulación de la movilidad y la seguridad en el paciente más dependiente, han sido también cuestiones sobre las que se ha puesto especial énfasis, ya que tienen una especial trascendencia en la calidad de vida del paciente con este tipo de patologías.

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