Como no podía ser de otra manera después de como se han desarrollado los acontecimientos tras las elecciones del 1 de noviembre, la polémica ha aparecido tras la elección del independentista Ernest Benach como presidente del Parlament por segunda legislatura consecutiva.

La oposición ha criticado el discurso de Benach en el que ha pedido que los diputados actúen con el máximo "sentido de Estado" y "unidad" posibles para abordar "los grandes temas pendientes".

Benach ha acabado su discurso, como ya hizo en 2003, con un "Visca Catalunya, lliure!" ("¡Viva Catalunya Libre!" lo que ha encendido los ánimos del Partido Popular y de Ciutadans-Partido de la Ciudadania que debutaba en la cámara catalana.

Discurso contradictorio

El portavoz del PP, Daniel Sirera, ha declarado que la proclama final de Benach se "contradice" con el discurso en el que pedía "unidad" ya que excluye a los que no se sienten independentista.

Los diputados de Ciutadans han contabilizado "hasta diez veces" el uso del término nación por parte del presidente del Parlament.

CiU no digiere la derrota

Convergència i Unió (CiU) ha reclamado la presidencia del Parlament al haber sido la formación más votada en las elecciones y ha afirmado que Benach no representa la "opinión mayoritaria" de los ciudadanos que "sí recoge CiU".

Puig ha olvidado, y Benach se lo ha recordado posteriormente, en la legislatura anterior, ERC no era la formación más votada y, sin embargo, CiU le votó como presidente.

Artur Mas, que ha dado la mano a José Montilla en la cámara, ha denunciado que el gobierno catalán es "legal pero no bueno", como "el tabaco".