La exconsejera de Cultura del Principado de Asturias, Encarnación Rodríguez Cañas, ha dicho este miércoles que un informe policial revela que su firma fue "suplantada" al menos en tres ocasiones mientras ocupó el cargo. Cañas ha comparecido en una nueva sesión de la comisión de investigación del caso 'Marea', la presunta trama de contratación ilegal que afectó al anterior gobierno regional socialista.

La exdirigente regional declaró que cuando llegó a la consejería decidió prescindir de la funcionaria Marta Renedo, imputada en el caso, al entender que era "poco rigurosa". El motivo, ha explicado, es que la conocía porque Cañas ocupó el cargo de gerente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) desde 2004 y tenía que tratar con Renedo, por lo que la conocía bien.

"Pude comprobar que era una persona no eficiente, no contestaba o dejaba pasar los plazos", ha indicado la exdirigente regional. Por eso, cesó a Renedo el 3 de agosto de 2007. De ahí que cuando Cañas tuvo que ir a declarar ante el juez sobre este asunto y vio un expediente suyo relativo a un centro cultural en Valdés, comprobó inmediatamente que aquella no podía ser su firma. El motivo era que aparecía una factura con la firma de Marta Renedo aún como jefa de servicio el 15 de agosto de 2007, es decir, días después de ser cesada.

Aunque Cañas dijo que desconocía el resto de las ocasiones en los que se le había suplantado su firma, el portavoz del PSOE, Fernando Lastra, le ha dicho que entre la documentación que han consultado figura un informe parcial del inspector general de servicios del Principado relativo a una resolución de una autorización de gasto de 29.000 euros para cableado informático en Ribera de Arriba, con el sello de Cultura y la firma del titular añadidos en papel fotocopiado. Y que parecía razonable deducir que pudo seguirse utilizando ese sistema.

Tras ser cesada en Cultura, Renedo pasó a la Consejería de Administraciones Públicas, dirigida por Ana Rosa Migoya. Cañas ha dicho que ella no sabía en el momento a dónde había ido y que se enteró más tarde, aproximadamente un año despúes. "No me preocupaba dónde la habían destinado", ha manifestado.

Después de señalar que ella como consejera no se detenía en conocer la identidad de las empresas que obtenían contratos menores, Cañas ha explicado que esos procedimientos se hacían por un sistema de contrato homologado. En muchas ocasiones a propuesta de la jefatura de servicio y también bajo su supervisión.