Récord de asistentes a la feria del canabis en pleno debate sobre la legalización de la marihuana

  • El certament de Cornellà, con 30.000 asistentes, se erige en referencia del sector.
  • El espacio se ha ampliado un 50%, con más de 200 expositores y 500 empresas.
  • El alcalde de Rasquera no tira "la toalla" para instalar una plantación de marihuana.
El alcalde de Rasquera, Bernat Pellissa, en la feria Spannabis.
El alcalde de Rasquera, Bernat Pellissa, en la feria Spannabis.
ESTHER ROMAGOSA/ ACN
El alcalde de Rasquera, Bernat Pellissa, en la feria Spannabis.

Cerca de 30.000 personas han visitado la última edición de la feria Spannabis 2013, que se ha celebrado en la Feria de Cornellà de Llobregat. Según los organizadores, se trata de la mayor afluencia de los 10 años de historia de la feria, que ha contado con 15.000 metros cuadrados ocupados para empresas expositoras y profesionales de China, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Italia y Suiza, entre otros.

En total, durante los tres días que ha durado el certamen, han participado más de 200 expositores y 500 empresas. Los organizadores han destacado que tras 10 años la feria ya se ha consolidado y considerada como una referencia a nivel mundial del sector. Como novedad, el espacio comercial de la feria se ha ampliado en un 50% respecto el año pasado con una nueva carpa de 1.200 metros cuadrados y se ha añadido una zona de restauración al aire libre.

La feria también ha estado marcada por la asistencia del alcalde de Rasquera, Bernat Pellissa, quien ha asegurado que está revisando el proyecto para la instalación de una plantación de canabis en este municipio tarraconense con el objetivo de elaborar una moción que, con el apoyo de ayuntamientos, grupos políticos y entidades, se pueda trasladar al Parlament.

El objetivo es la legalización de la marihuana, que, como se ha comprobado en Spannabis, cada vez tiene más seguidores. "No tiramos la toalla", ha afirmado Pellissa, quien reclama al resto de políticos que  "se quiten la careta de la hipocresía" y apoyen, como mínimo, que se pueda debatir en libertad y sin miedo la cuestión en el Parlament.

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