La muestra, con un presupuesto global de 2,5 millones de euros, se presenta en seis partes diferentes unidas por su protagonista, el navegante. Todas tienen una estética común con una apuesta por la oscuridad para hacer más protagonistas a cada una de las 343 piezas.
El primero de los ámbitos acoge el sueño de Colón. Piezas de oro, libros, esculturas chinas y esmeraldas son algunos de los objetos que se pueden contemplar en ella, además de una armadura de Fernando el Católico, la única que se conserva en la actualidad.
Después viene lo que se encontraron los marineros a su llegada al nuevo continente, que se representa con diferentes piezas de la cultura inca y mexica excepcionalmente conservadas.
Posteriormente, la exhibición presenta cómo influyeron estas culturas y artes en Europa a través de tapices y libros que representan los símbolos del nuevo mundo unidos a los del clásico. Éstas están en los ámbitos 3, 4 y 5. En uno de ellos se pueden contemplar dos enormes mandíbulas de cachalote.
Para finalizar, la capilla de los condes de Fuensaldaña presenta una impresionante composición con dioses incas, como el dios murciélago, y otras piezas.
* Patio Herreriano. Hasta el 15 de febrero. De 11 a 20 h. Entrada gratuita, también a todo el museo.
Piezas nunca vistas antes
Contemplar muchas de las piezas de esta muestra es algo que sólo se puede hacer en Valladolid. Algunas han viajado por primera vez fuera de sus lugares de origen como una caña de timón de origen florentino perfectamente tallada, las mandíbulas de un cachalote, un cuerno de unicornio o de rinocerontes negros, entre otras. Sin duda, todas sorprenderán al visitante.
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