La mayoría rubricó el sí al aumento del precio, pero al entregarles su casa comprobaron que las supuestas mejoras en el entorno no se habían realizado y decidieron unirse para demandar a la promotora. Tras cuatro años y varios trámites, entre ellos un acto de conciliación al que la promotora no se presentó, ha llegado la sentencia firme, a la que ha tenido acceso 20 minutos.  En ella se condena a Promeimsa a devolver los 6.000 euros a cada uno de los demandantes con  intereses y a sufragar las costas del proceso.

«Es una sentencia muy importante porque se ha conseguido anular un contrato firmado y eso es más difícil», añadió la abogada Myriam De Pablos.

El juez se ha basado en varios informes periciales que demuestran que las causas que se dieron para aumentar el precio convenido son «un engaño», según la abogada.

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La  unión hizo la fuerza

«Estar unidos ha sido la clave para ganar», aseguró F. C. C., uno de los 24 demandantes.  «Nos animó a denunciarlo el hecho de que algunos se negaron a pagarlo desde el principio y ganaron los juicios», continuó. «Además, a cada uno nos dieron una razón diferente para cobrarnos de más:  plantar más árboles, construir un muro...», finalizó. Por su parte, Juan Carlos, otro de los afectados, lamentó que esta situación sea algo «habitual».