El Gobierno anunció ayer que el agua podría subir un 30% de media hasta el 2010.

La aplicación de las directivas europeas sobre medio ambiente, la construcción de desaladoras y los nuevos impuestos o tasas con finalidad ecológica incrementarán el precio del metro cúbico de un euro a 1,3 en los próximos cuatro años, lo que implicará pagar nueve euros más cada mes.

2010 es el año límite que marca la directiva marco sobre el agua para "internalizar los costes del agua".

Es la traducción en el recibo de la nueva cultura del agua: la Administración lleva años advirtiendo de que el precio de este bien escaso es bajo. Este incremento supondría un coste anual de 102 euros, según explicó ayer un profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares.

Precio bajo actualmente

Los expertos reunidos ayer y hoy en Barcelona para debatir sobre los costos y el precio del agua coinciden en señalar que se paga poco por ella.

Y para ello ponen un ejemplo: cada ciudadano paga 33,9 euros al mes por telefonía móvil, pero en cambio sólo 13,79 por el agua.

En la capital catalana se paga más del doble que en Lleida por el mismo metro cúbico. Es el coste de transportar el agua de las montañas al litoral.

Mejora de la calidad

Según la técnica de la Agencia Catalana del Agua (ACA) Mariona Coch, mantener y actualizar la infraestructura cuesta 1.300 millones, pero sólo se recuperan 244 mediante los impuestos.

Entre 2004 y 2005, mejoró la calidad: la concentración de sustancias nocivas para la salud, como los trihalometanos, disminuyeron entre un 25% y un 48%.

Ahorrar agua resulta penalizado

La realidad desmiente la teoría. Si el espíritu de la ley dice fomentar el ahorro, el recibo dice lo contrario. La causa: los costes fijos, que se abonan con independencia del líquido que se gaste.

Según la ACA, si se consumen seis metros cúbicos, cada mil litros cuestan 88 céntimos. En cambio, si se consume el doble (12 m3), el precio por los mismos mil litros sale a 70 céntimos. Los expertos propusieron ayer bonificar la reducción del consumo. En España se destina un 0,9% de la renta bruta a pagar por el agua.