El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, considera que se vive un "momento dulce" para estos animales y su salud genética ha mejorado al haberse producido un movimiento entre la población oriental y occidental en la Cordillera Cantábrica.

Palomero se ha expresado así en el marco de la presentación en Valladolid del 'Manual de caza en zonas oseras de Castilla y León', que pretende compatibilizar la actividad cinegética con la conservación y recuperación de esta especie y que ha editado la Consejería de Fomento y Medio Ambiente junto a la Fundación Oso Pardo.

En este contexto, Guillermo Palomero se ha referido a la salud de los osos y ha concretado que estos animales pasan por un momento "dulce", sobre todo en un año en el que ha habido una gran producción de bellotas en la Cordillera Cantábrica con la que los osos y los jabalíes tienen que estar "encantados" y espera que estos se traduzca en "muchos oseznos" la próxima primavera.

Cruce de poblaciones

Por lo que se refiere a la salud "genética", ha explicado que el movimiento poblacional entre los osos de la zona oriental y occidental de la Cordillera ha ayudado a combatir el problema de la consanguinidad.

En cuanto al censo, que en estos días se actualiza con los datos de 2012, apunta al "optimismo" y podría superar los 200 ejemplares, según Palomero, quien cree que se trata de una "buena población".

El presidente de la Fundación Oso Pardo ha aclarado que estos animales son salvajes y se retraen ante la actividad humana, son esquivos, pero ha advertido de que a medida que se llega a una "paz" con ellos y se logra un mayor apoyo social y tolerancia, puede haber osos "más relajados", animales jóvenes que toleren mejor la presencia humana, algo que habrá que "gestionar".

Palomero ha agregado que como hay más osos y mucha "pasión" por verles, cuando la gente les observa, se celebra, y aunque están "más a la vista", no dejan de ser salvajes.