¿Por qué una empresa que suministra música digital podría querer aterrizar en España precisamente ahora, cuando las ventas de discos no dejan de caer (un 5% en el último año y más de un 77 % desde 2001), la piratería parece ingobernable y la crisis ha dejado maltrecho el mercado? Leo Nascimento, director de Deezer en España, compañía recién llegada al país, responde con una frase que suena aprendida: "Nosotros vemos la crisis como una oportunidad de innovación".
Pero hay más. Datos que avalan que servicios como el suyo, que trabajan por suscripción y con música en streaming (sistema que permite escuchar canciones online sin posibilidad de descarga), tienen futuro. En primer lugar, lo digital parece estar ganando la batalla a los soportes físicos. En segundo, dentro del mercado online, "el streaming ya tiene más relevancia que las descargas y ha duplicado en un año sus ingresos", afirma Nascimento. Además, "es mentira que el mercado español esté copado. Todavía hay mucha gente que no sabe qué es un MP3", añade el directivo, que cita como los puntos fuertes de su empresa la experiencia (se encuentra en más de 180 países y cuenta con más de 26 millones de suscriptores), un catálogo extenso, una orientación "glocal" (universal pero con atención a las músicas locales de cada región y país), incentivos a los artistas que participan en su web y, sobre todo, un "toque personal y humano", distinto a "un algoritmo o a un robot", que se preocupa por recomendar y guiar al oyente para descubrir nueva música.
Sin embargo, su propuesta no es la primera de estas características que llega a España. Spotify no solo fue la aplicación que enseñó a los internautas españoles hace ya cuatro años en qué consistía una plataforma musical en streaming a la vez que se alzaba como una alternativa a la piratería. La plataforma sueca mantiene el liderazgo del sector desde entonces, ese que ahora Deezer ambiciona. ¿Se acabó la tranquilidad para Spotify? Nascimento sonríe: "No quiero ser profeta. Solo digo que ahora el juego se pone bonito, va a haber competencia".
Detrás queda otra sombra: la de los rumores que indican que pese a su consolidación, el ejemplo a seguir, Spotify, aún no ha conseguido ser rentable y que la esperada conversión de sus suscriptores gratuitos en suscriptores de pago no es tan alta como era de esperar. Deezer no parece asustado por la noticia: "Tenemos fondos para aguantar. Y si hay una opción que no es cara, funcionará. Ahora toca evangelizar".
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