8.119 bloques corren riesgo en caso de fuertes riadas

1.305 sótanos, también en peligro. Uno de los tramos más expuestos a inundarse está entre la Carretera de la Sierra y el puente de la Inmaculada.
Siempre en el peor de los casos pero, de cualquier forma, puede ocurrir. Si en la capital se registrasen fuertes riadas por desbordamientos, las consecuencias serían nefastas para 8.119 edificios –con unas 80.000 personas afectadas– y 1.305 sótanos, que quedarían anegados.

Son datos del plan municipal de actuación ante el riesgo de inundaciones en Granada de 2006, presentado ayer por el concejal de Seguridad Ciudadana, José Antonio Balderas. El documento, concebido para que las fuerzas de seguridad y emergencias puedan anticiparse y actuar con celeridad en caso de intensas lluvias, subraya que las zonas de mayor peligro son las de las cuencas de los ríos Genil y Monachil.

Las inundaciones afectarían a una tercera parte de los inmuebles de la ciudad. En concreto, en cuanto a la cuenca del Genil, las fases de emergencia se activarían desde la Carretera de la Sierra hasta el puente de la Inmaculada, con especial atención al meandro del paseo del Salón, puente Romano y Verde, con posibles desbordamientos localizados en Bola de Oro.

En lo que respecta a la del río Monachil, el riesgo se localizaría en el entorno del puente de la Torre de Comares, Carrefour y colonia de San Sebastián.

De cualquier forma, el Ayuntamiento «garantiza el  realojo en albergues de las familias desalojadas», si las hubiera, comentó el edil.

Meteoalertas

A partir de ahora, los Bomberos de Granada recibirán meteoalertas (del Instituto Nacional de Meteorología) con 60 horas de antelación. A través de ellas «conoceremos las previsiones de lluvias y si éstas exceden los máximos» establecidos, información que «nos será muy útil para actuar con tiempo», indica el jefe de Bomberos, Manolo Salas.

100 y 120 litros al día

Los umbrales máximos establecidos para la cuenca del río Monachil y del Genil son 100 y 120 litros por metro cuadrado al día, respectivamente. A partir de los mismos, existe el riesgo de que se desborden los cauces. Estos máximos son similares a los que se dieron en la última gran inundación vivida en Granada en 1963 y a los registrados el pasado miércoles en Almuñécar.

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