Andalucía ha perdido casi el 20% de los empleos existentes a finales de 2007, según un estudio de la UPO

Notable aceleración de caída de empleo público en la administración andaluza, con la destrucción de más del 9% de empleo respecto a 2011

La cátedra BBVA de Análisis Económico de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, dirigida por el profesor José Ignacio García Pérez, ha realizado el análisis del mercado de trabajo de España y Andalucía de acuerdo a los datos ofrecidos por la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2012: una de las conclusiones apunta a que en Andalucía se han perdido ya casi el 20 por ciento de los empleos existentes a finales de 2007 (640.938 empleos menos).

En una nota, la UPO explica que, según los datos del estudio, la economía española ha destruido desde el inicio de la crisis más de 3,5 millones de empleos, el 17,2 por ciento del empleo existente a finales del año 2007. De estos empleos, dos millones corresponden a trabajadores con contrato temporal mientras que menos de la mitad, 940.238, corresponden a contratos indefinidos. La incidencia de la destrucción de empleo entre los trabajadores temporales en Andalucía es muy superior, pues casi siete de cada diez empleos perdidos en Andalucía corresponden a trabajadores temporales.

Esta "intensa" destrucción de empleo hace que la tasa de paro española alcance ya el récord del 26 por ciento —5.965.351 desempleados— y que en Andalucía el 35,86 por ciento de la población activa (1.442.569) esté en desempleo. De ellos, más de la mitad llevan al menos 12 meses buscando empleo, con lo cual la posibilidad de una pronta solución del problema se hace muy difícil si no se invierte más, y sobre todo mejor, en intermediación laboral, formación y reciclaje profesional.

Quizá el cambio más relevante en este año es el descenso en la población activa debido al "desánimo" de muchos desempleados que están empezando a no buscar activamente empleo, lo que ha evitado una subida aún mayor de la tasa de paro. Este fenómeno se produce sobre todo entre los varones, jóvenes, con estudios primarios, y especialmente entre los inmigrantes, que están abandonando el país ya a tasas importantes.

En Andalucía, no obstante, todavía no se observa este fenómeno, ya que hay casi 100.000 activos más a finales de 2012 con respecto a diciembre del año pasado, aunque el efecto desánimo se empieza a notar con fuerza entre los jóvenes. Esto, junto a la mayor destrucción de empleo que muestra la economía andaluza, ha hecho que la tasa de paro en la región suba más que en el resto de España.

En este análisis comparativo, elaborado por los profesores del Área de Análisis Económico de la UPO José Ignacio García Pérez y David Troncoso Ponce, destaca como de nuevo, igual que en el trimestre anterior, la caída del empleo público (-7 por ciento) es ya mayor que la existente en el sector privado (-4,3 por ciento). En el conjunto de España son las comunidades autónomas —148.087 empleos menos que en 2011— y las corporaciones locales —47.172 puestos menos— las principales responsables de esta caída del empleo público.

Algunos hechos "esperanzadores"

En Andalucía, la caída del empleo público se ha acelerado de manera notable en la administración autonómica —ha destruido más del 9 por ciento de empleo con respecto a finales de 2011—, si bien los ayuntamientos le siguen muy de cerca, con un 8 por ciento de destrucción de empleo este año. No obstante, parece que todavía puede quedar recorrido a la baja en el empleo público, sobre todo en la administración autonómica, ya que todavía está por encima del nivel de empleo observado antes del inicio de la crisis.

Este paisaje, según el análisis, no debe esconder algunos hechos "esperanzadores", puesto que el empleo entre trabajadores con alta cualificación está creciendo ya en algunos sectores productivos. Los profesionales y los técnicos en algunos sectores industriales, en el sector del transporte y en el sector financiero ya muestran niveles de empleo superiores, en algunos casos, a los observados en el año 2008, mientras que el trabajo semicualificado y entre los administrativos también está empezando a mostrar tasas de crecimiento positivas en sectores como la industria extractiva, la construcción de maquinaria y el comercio.

Pero el poco empleo que se está creando en estos sectores es de nuevo, básicamente, empleo temporal. La última reforma laboral no parece haber cambiado los incentivos de las empresas, que siguen estando muy sesgadas hacia el contrato temporal.

Así, el recién creado Contrato de Emprendedores no parece estar teniendo mucho éxito. Investigaciones recientes de profesores del Departamento de Economía de la UPO muestran que este contrato sería mucho más efectivo si incorporara una indemnización por despido similar a la del contrato temporal para el primer año en el empleo, que creciera de manera suave durante un par de años hasta llegar al nivel fijado en la reforma.

En este caso, no harían falta subvenciones a la contratación —pudiéndose dedicar estos fondos a formación— y la mayoría de los contratos temporales existentes se podrían eliminar ya que este nuevo "contrato de igualdad de oportunidades" reduciría, sin duda, la incertidumbre en costes que actualmente sufren las empresas que se atreven a crear empleo indefinido.

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