De una zona llena de chabolas a un pletórico polígono industrial y una zona residencial. Esa es la transformación que la Comunidad desea para el sector VI de la Cañada Real, el más problemático de todo el poblado, famoso por sus búnkers de la droga, sus infraviviendas y el vertedero de Valdemingómez. Forma parte del plan que el Gobierno regional propondrá este martes a las asociaciones de vecinos y a los distintos ayuntamientos implicados (Rivas, Madrid y Coslada) en la transformación de la Cañada y que pretende convertir el poblado más grande de Madrid en una urbanización de chales y casas bajas.

El modelo a seguir sería el de la colonia Rosa Luxemburgo, que une la zona de Aravaca de la capital con Pozuelo de Alarcón. Aunque estará sujeto a modificaciones, ya que deberá contar con el visto bueno de vecinos y ayuntamientos.

El plan tardará años en ejecutarse, pero la Comunidad pretende que esté aprobado antes de que se acabe esta legislatura. La adaptación sería gradual, y dependerá mucho de sus distintas zonas y sectores. Por ejemplo, la zona de Coslada y Rivas sería un conjunto de edificaciones de no más de dos plantas.

La reforma sería así muy fácil de implementar, salvo en la adaptación a la normativa de urbanismo de los edificios que ya están levantados, pero en el sector VI, que se compone en su mayoría de infraviviendas, se pondría en marcha un plan de intervención social especial a diez años con realojos y que acabaría transformando la zona en un parque empresarial aprovechando el gran número de naves industriales que hay en el sector (74). El vertedero de Valdemingómez, aún así, se mantendría.

Una vez establecido el plan, la Comunidad fijará, con la ayuda de expertos, un precio para los terrenos que será el mismo para todos los sectores, aunque los 7.725 vecinos censados en el poblado, y cuyas casas no se consideren infraviviendas, contarán con muchas facilidades en los pagos. Todo lo ganado en la venta de terrenos se refinanciará en mejorar el urbanismo de la zona.