La Royal Academy of Arts proclama el genio de Manet, el pintor rechazado por los críticos

  • La gran exposición "Manet: Retratando la vida" repasa en Londres las obras del pintor francés, pionero del impresionismo
  • El autor, incomprendido en su tiempo, se sentía arropado sólo por su familia y amigos: los retrató en posados y escenas cotidianas que ganaban  autenticidad.
  • Sus juegos de perspectivas y la eliminación de los medios tonos provocaron la burla y la ira de los críticos academicistas.
'La música en las Tullerías' (1862). Entre el público figuran el propio Manet, su modelo Victoria Meurent y varios amigos del artista
'La música en las Tullerías' (1862). Entre el público figuran el propio Manet,  su modelo Victoria Meurent y varios amigos del artista
Édouard Manet - The National Gallery, London
'La música en las Tullerías' (1862). Entre el público figuran el propio Manet, su modelo Victoria Meurent y varios amigos del artista

Osciló entre el realismo y una técnica rompedora, moderna y personal que le valió el desprecio de la mayoría de los críticos de su época. El pintor Édouard Manet (1832-1883) —que no se consideraba impresionista a pesar de que siempre se le incluye en el movimiento— ansiaba triunfar entre los academicistas y gozar de reconocimiento oficial, pero no estaba dispuesto a pagar el precio de modificar su estilo.

Ante el rechazo constante de los entendidos, se sentía arropado por la admiración de la familia y los amigos. Tal vez por eso retrató siempre a sus seres queridos no sólo en posados, sino introduciendo también caras conocidas en sus escenas de la vida moderna parisina. En el famoso cuadro El almuerzo (1868) los protagonistas son León Koelin-Leenhoff y Suzanne Leenhoff (mujer del pintor y madre de León). Los dos hombres del escandaloso Almuerzo sobre la hierba (1863) son Gustave (hermano de Manet) y el escultor Ferdinand Leenhoff, buen amigo y futuro cuñado del artista.

Manet: Portraying Life (Manet: Retratando la vida), en la Royal Academy of Arts de Londres a partir del 26 de enero, es la primera gran exposición en el Reino unido centrada únicamente en los retratos que realizó el autor.

El último maestro clásico y el primero de la modernidad

La muestra completa las pinturas con una selección de sus escenas de la vida diaria. La incorporación de caras conocidas le garantizaron autenticidad, aún con un estilo que escapaba del corsé de la pintura tradicional con características tan rompedoras como la eliminación de los medios tonos y los juegos de perspectiva que tanto indignaron a los críticos: Manet fue el último maestro clásico y el primero de la modernidad.

Las 50 obras que se exhiben hasta el 14 de abril en la capital del Reino Unido se dividen en areas temáticas que se adentran en la vida privada del autor y el paisaje de la sociedad parisina del siglo XIX. Los cuadros ilustran el entorno familiar, su relación con artistas coetáneos como Berthe Morisot y Claude Monet; literatos como Emile Zola y Stéphane Mallarmé y figuras políticas como Georges Clemenceau, Henri Rochefort y Antonin Proust.

La muestra reserva un apartado para la relación de Manet con sus modelos y amistades femeninas, entre ellas la actriz Méry Laurent, la expresiva Isabelle Lemonnier (a la que retrató en bocetos, pasteles y óleos) y Victorine Meurent (la mujer desnuda del Almuerzo sobre la hierba).

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