El tío de Amaranta, Policía Local en Avilés, señala situaciones previas de agresiones que ella no denunciaba

Los forenses indican que el acusado parecía tener una pérdida de memoria "selectiva" y que los análisis no pueden precisar si el consumo de alcohol y drogas fue anterior o posterior a los hechos.

El tío político de Amaranta Cueva, el inspector de la Policía de Avilés José Manuel Vega, ha señalado este miércoles, en el juicio por el asesinato de la joven, que sus compañeros le trasladaron en ocasiones anteriores que se producían intervenciones por discusiones y agresiones entre la víctima y el acusado, Eduardo A.P.T., aunque ella no llegaba a presentar denuncia.

Asimismo, durante su testimonio ha relatado que el piso donde convivía la pareja y apareció el cadáver de la joven de 29 años parecía de "película de terror". La familia se trasladó a la vivienda tras el velatorio y allí el tío dijo haber visto "un espectáculo dantesco". "Había sangre por todos los sitios. Había salpicaduras en los muebles y hasta en el techo", señaló, afirmando que lo recordaba claramente porque se encargó de limpiarla.

Además, incidió en que la relación entre Amaranta Cueva y su madre era "la normal" entre una hija y una madre que vivían a 200 kilómetros ya que hablaban con frecuencia por teléfono e incluso había ido a Santander a pasar con su madre la última Navidad.

También hizo referencia a los abuelos de la víctima, explicando que su abuelo había fallecido en 2008 y que la abuela, personada como acusación particular, está siendo medicada. De hecho, comentó que la mujer, de 75 años, no acude al juicio porque la familia la ha convencido para evitar "someterla a esta tortura".

Los forenses

La tercera jornada del juicio con jurado, que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, ha contado con otros testigos como varios peritos que se ratificaron en sus informes y los forenses que hicieron la autopsia de la víctima y la exploración al acusado.

Según su descripción, Amaranta Cueva sufrió multitud de golpes de mucha intensidad durante horas —en un espacio temporal de unas 48 horas—, muchos de ellos contra superficies planas y objetos, que le provocaron un traumatismo craneal grave y pérdida de consciencia progresiva, derivando en parada cardiorrespiratoria hasta morir.

En concreto, se observaban golpes y hematomas en la cara y la cabeza, fractura de la base del cráneo y heridas por cortes con pequeños cristales, así como sangrado por la nariz, los oídos y la boca junto con hematomas en ambos ojos. Además, presentaba hematomas en el tórax y en la región lumbar, una lesión en la cadera de días anteriores, y marcas en brazos y piernas por golpes contra objetos y signos de defensa.

Respecto al estado del acusado, evaluado el 27 de octubre de 2011, los forenses han apuntado que su actitud no evidenciaba consumo habitual de drogas y que era "perfectamente consciente" de sus actos, de tal forma que consideran que la pérdida de memora aducida por la defensa, era "una pérdida de memoria selectiva", ya que ofreció detalles sobre qué vieron en la televisión, qué hicieron o qué bebidas tomaron horas antes de que se estima que comenzaran las agresiones a Amaranta Cueva.

En cuanto a las pruebas de consumo de alcohol y drogas que dieron positivo en el Hospital de San Agustín de Avilés, los forenses inciden en que los análisis no pueden precisar si se produjo antes o después de los hechos. Asimismo, sobre el análisis con un vello de la axila que dio negativo semanas más tarde, explicaron que no pudo emplearse cabello por ser demasiado corto y que la prueba tiene resultados limitados.

En esta jornada también compareció como testigo un facultativo del SAMU que intervino en el intento de reanimación de la joven. Indicó que llegó a la casa en la madrugada del 13 de octubre encontrándose a una mujer de unos veinte años en parada cardiorespitatoria y con traumatismo craneoencefálico severo, por lo que se bajó el cuerpo de la cama hasta el suelo del dormitorio donde se intentó reanimarla sin éxito.

Las acusaciones particulares piden 25 AÑOS

Las acusaciones particulares en nombre de la madre y de la abuela de la víctima argumentaron su posición y solicitaron 25 años de prisión, la pena máxima. La Fiscalía y el abogado del Estado, que se persona en la causa por tratarse de un crimen de violencia de género, pidieron una condena de 19 años de cárcel, mientras que la defensa pide la libre absolución al sostener que no es el autor de los hechos y añadir que, llegada a acreditarse la autoría, deben tenerse en cuenta como atenuantes las sustancias consumidas.

Según las acusaciones, entre el 11 y el 13 de octubre de 2011 se sucedieron diversos episodios violentos después de que el acusado conociera la intención de su entonces pareja sentimental, Amaranta Cueva, de poner fin a la relación. La joven fue golpeada en reiteradas ocasiones, fundamentalmente en la cara y en la cabeza, hasta morir.

La Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito de asesinato con ensañamiento, con la agravante de parentesco, a lo que las acusaciones particulares añaden alevosía. Además de la pena de prisión, se pide que se condene al acusado al abono de las costas procesales y a indemnizar a la madre y a la abuela de la víctima.

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