Juanjo Puigcorbé: "Suele pasar bastante que a un actor se le castigue por sus ideas"

  • Regresa al teatro después de 20 años sin pisar las tablas con 'Si supiera cantar, me salvaría: El crítico'.
  • El actor explica que el suyo es un pensamiento "de izquierdas independiente",  y que se le cerraron puertas por causas ajenas a su profesión.
  • Confiesa que llegó a pensar en dejar la interpretación y asegura que él es un "ejemplito" de lo que le ha pasado a cientos de personas.
El actor catalán Juanjo Puigcorbé en la obra 'Si supiera cantar, me salvaría: El crítico'.
El actor catalán Juanjo Puigcorbé en la obra 'Si supiera cantar, me salvaría: El crítico'.
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El actor catalán Juanjo Puigcorbé en la obra 'Si supiera cantar, me salvaría: El crítico'.

En la noche de este jueves 10 de enero, en el teatro Marquina de Madrid, Juanjo Puigcorbé pone fin a más de dos décadas de ausencia en los escenarios con una obra del aclamado Premio Nacional Juan Mayorga, Si supiera canta, me salvaría: El crítico. El actor interpreta al experto en teatro Volodia, la noche que recibe la inesperada visita de Scarpa (Pere Ponce) el autor de la obra que acaba de ver y sobre la que está a punto de escribir, un encuentro que va mucho más allá y que sirve de reflexión sobre temas vitales.

¿Qué fue lo último que hizo en teatro?

Las amistades peligrosas, de Pilar Miró.

¿Por qué ha vuelto ahora?

Realmente la pregunta sería: ¿por qué no seguí? Hubo un momento que fue muy difícil compaginar teatro, cine y televisión a la vez. Y descansé del teatro para hacer cine, que me ofrecían mucho en ese momento. Por otro lado, la explotación de las obras teatrales que me ofrecían era muy larga, y requería mucho compromiso. Esta es una obra comercial, pero no me exige tanto tiempo.

¿Qué le ha enganchado de El crítico?

Que está escrita por uno de nuestros mejores autores contemporáneos, que tiene una poesía inmensa. Me lo pusieron en bandeja de plata para volver. La obra es un combate dialéctico entre el autor y el crítico. En ese encuentro hablan sobre el teatro, pero también sobre la vida, la percepción, la maestría, la necesidad de reconocimiento, que son vitales para ellos. Y como no, también hablan del amor.

¿Qué opina sobre los críticos?

Les respeto mucho, de hecho tengo amigos críticos, son espectadores privilegiados y especializados.

¿Ha llegado a tener temor de la crítica?

Por suerte he tenido buenas críticas. He tenido algún problema, pero con algo que yo entiendo no tiene nada que ver con la crítica.

Supongo que se refiere a su interpretación del rey en la serie 'Felipe y Letizia'.

Sí, eso fue una operación de otro calibre, no tiene nada que ver con la crítica.

Esta vuelta a los escenarios, ¿le ha supuesto un test como actor? ¿Cómo lo ha llevado?

Como dice mi compañero en  la obra, Pere Ponce, esto es como montar en bicicleta. Hay cosas que no se olvidan. La profesión de actor cambia de ámbito, pero nunca se olvida.

Ese duelo dialéctico ¿ha sido un desafío para usted?

Bueno, hace años hice una obra, Peer Gynt, de Ibsen,  que duraba cuatro horas y media, así que imagínate lo que llegaba a hablar, eso sí que fue un reto. Ahora sería incapaz de hacerlo, ya no tengo esa memoria fotográfica ni esa capacidad de resistencia.

¿Quién sale ganando en ese duelo dialéctico?

Como en la vida real, nadie sale ganando. Las personas se transforman después de haberse dicho cosas fundamentales. Esto de ganar o perder, pasa en la lotería y pocas cosas más.

El crítico en una obra de teatro sobre el teatro. ¿Demasiado endogámico?

Hay un chiste en la obra referente a esto, pero aunque se parte del teatro, va mucho más allá, interesa a un público más amplio.

¿Es el mundo del cine y la televisión endogámico, a su manera?

Creo que no, el abanico de géneros que hay ahora en el cine español es tremendo, hay de todo. El problema no es de los creadores, es otro, del que nos llevaría mucho hablar. Hay una nueva generación maravillosa, una gente joven preparadísima como no ha habido jamás en la historia de España. Es una generación espléndida, elegante, inteligente, que no tienen trabajo ni un futuro. Alguien tiene la culpa, es un horror, porque no se lo merecen.

¿Es culpa de la industria?

No, es que las cosas no se han hecho bien en este país, y lo pagaremos todos.

¿Cree que a un actor se le puede castigar por sus ideas?

Suele pasar bastante, espero que eso se rectifique.

¿Lo dice por experiencia propia?

Por su puesto. La gente puede tener pensamientos distintos, el mío es un pensamiento de izquierdas independiente, pero el término «independiente» en este país no le gusta a nadie.

¿Ha llegado a replantearse su profesión?

Tuve un momento en que pensé en dejarlo, lo digo sinceramente, y mis seres queridos me convencieron  de que no lo hiciera. Pero tener muchas ganas de trabajar y ver que se te van cerrando puertas por causas ajenas a tu profesión, eso es tremendo. Pero vamos, soy un ejemplito, hay cientos de personas que les ha pasado. Yo, por suerte o por desgracia, he podido contarlo.

BIO: Nació en Barcelona, en 1955. Estudió Filosofía y Letras, Ciencias Físicas e Interpretación. Destacó en  filmes como Salsa rosa y La conjura de el Escorial.

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