En el Galileo lleva funcionando cinco años. En este mes sólo hemos tenido tiempo para elegir a los miembros de la comisión de convivencia que se crea como un punto de encuentro entre padres, alumnos y profesores.

¿Y la violencia escolar?

La comisión trata de conseguir que la vida del centro sea agradable y solucionar problemas que puedan surgir en todos los ámbitos. Es importante conseguir que los alumnos participen. La violencia es una parte de nuestro trabajo, pero no todo.

¿Cuál ha sido el problema más grave al que ha tenido que enfrentarse?

Nuestro centro es muy tranquilo, a pesar de estar en un barrio como Pajarillos. Ha habido peleas entre chicos, discusiones, enfados con los profesores, pero nunca hemos tenido ningún caso grave. Intentamos solucionarlo a través del diálogo.

Entonces, ¿su centro no tiene problemas?

No es eso. Trabajar con adolescentes siempre es difícil. Lo que pasa es que los chavales de ahora no saben resolver los conflictos entre ellos mismos y sin la presencia del adulto.

¿Qué se puede hacer para enseñarles eso?

A veces todo es más fácil cuando no hay un adulto. Ellos dialogan y acaban con problemas, aunque cuando un caso es grave deben saber que tienen dónde acudir. Es importante la figura del delegado y la del tutor.

¿Ha notado mucho cambio en la educación?

En mi experiencia personal, no. Lo malo de ahora es que los alumnos con problemas sólo van a los centros públicos y no podemos crear guetos. Siempre tiene que haber un modelo positivo para avanzar. Además, hay que trabajar más y quejarse menos.

Bio.Lleva enseñando 26 años y siempre ha estado en el instituto Galileo, en Pajarillos. Además de coordinador de convivencia ha sido jefe de estudios 9 años.