Paradójicamente, una familia católica argentina que reside en Valencia desde el año 2002 está viviendo un auténtico calvario para poder mantenerse unida, tal y como reclamó el Pontífice durante su visita a la ciudad.

Darío Fossati es el padre. Tiene 48 años y llegó a Valencia hace ahora cuatro años. Seis meses después, aterrizó su mujer, Nidia, que tiene 52 años, acompañada por sus dos hijos, Guido, de 17, y Bruno, de 9 años.

El matrimonio consiguió el permiso de residencia gracias a los contratos de trabajo que firmaron nada más llegar, Darío en el sector de la construcción y Nidia en una consultora.

Además, desde julio del año 2002, figuran en el padrón municipal, en un domicilio sito en la calle Biar número 6, junto a la avenida Pío XII (frente al Corte Inglés). Su casa no se puede considerar precisamente como una lata de sardinas. Pocas familias pueden presumir de vivir en un piso de 140 metros cuadrados.

Además, los dos hijos están escolarizados, según ha podido constatar documentalmente 20 minutos, en el colegio público de Campanar (Guido) y en el instituto del mismo barrio (Bruno).

Extranjería ha renovado recientemente el permiso de residencia de sus padres. Sin embargo, su incredulidad llegó cuando denegaron la autorización de residencia temporal a los niños, al considerar que «no queda acreditado que los padres reúnan los requisitos de medios de vida y alojamiento exigidos para ejercer el derecho de reagrupación familiar». Añade además que «deben abandonar el territorio nacional en 15 días».

Ante esta situación, es lógico entender la indignación tanto de Darío como de Nidia: «Presentamos toda la documentación requerida. Si esto no se aclara, iremos a los juzgados», comenta Nidia. «¿Pretenden que mandemos a los niños a un orfanato en Argentina? No tiene sentido que a nosotros nos concedan el permiso y a los niños no», concluyen.

Dinos

... si es lógico echar a los niños

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Miles de inmigrantes se reagrupan

La situación de esta familia argentina contrasta con la de los miles de inmigrantes que se regularizaron en el último proceso de 2005 (unos 90.000 en toda la Comunitat) y que ahora tienen derecho a traerse a sus hijos, cónyuges e incluso padres, si acreditan una serie de requisitos, gracias a la fórmula de la reagrupación familiar. No es el caso de los argentinos, puesto que los cuatro miembros familiares ya están aquí. De ahí que solicitaran un permiso de residencia temporal para los niños.